Cultura moderna

La vida exprés

La versión guiri del ser humano moderno se basa en que todo debe ser consumido rápidamente

Jóvenes mochileros en las calles de la ciudad. Abajo, cartel de la 30ª edición de la Mostra de Turisme Juvenil.

Jóvenes mochileros en las calles de la ciudad. Abajo, cartel de la 30ª edición de la Mostra de Turisme Juvenil.

CARE SANTOS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace unos días viajé en tren entre León y Valladolid. En ese trayecto conocí a Günter, un alemán de Múnich de vacaciones por España. Viajaba solo, con una maleta enorme y una libreta donde anotaba todas y cada una de las ciudades visitadas. Eché un vistazo a la lista: Madrid, Sevilla, Granada, Málaga, Toledo, Barcelona, Tarragona, Cuenca, Salamanca. Se dirigía a Santiago de Compostela (él decía «Compostelo») y aún preveía visitar Oviedo y Gijón antes de regresar a su país justo a tiempo de incorporarse a su trabajo a las ocho del lunes siguiente. Todo en diez días. «Es mi manera de viajar: un buen hotel, solo unas horas en cada sitio ¡y al siguiente! Así no me aburro», me dijo.

En Barcelona se alojó en el Hotel Colón. Vio la Catedral -su fachada principal queda justo enfrente-, pero solo desde fuera. Paseó un poco por el Barri Gótic, fue al Palau Blaugrana, bajó por la Rambla y olisqueó el mar. «¿Viste algo de Gaudí?», pregunté. Su respuesta, demoledora: «¿De quién?». Decidí cambiar el rumbo de la conversación y preguntarle por la comida. La comida nunca falla. Bernard Shaw decía que era nuestro amor más auténtico. Günter me contó muy satisfecho que había probado «una 'paela'» en la Rambla. Y el arroz le evocó un jamón que probó en un tablao de Málaga y acabó alabándome las bondades de cierto espectáculo flamenco.

Han pasado unos días, pero sigo pensando en Günter. En su modo de ser la 'versión guiri' del ser humano moderno: todo lo quiere rápido. Métodos de idiomas rápidos, platos de rápida preparación, emociones rápidas, ciudades que aparecen y desaparecen a un ritmo frenético. Viaja como ve la tele, como consulta las redes sociales.

Me pregunto qué habrá contado Günter al llegar a Múnich. Qué recordará. A cuántas personas le enseñará, muy ufano, la misma lista demencial de ciudades que me mostró a mí y cuántos le envidiarán. Tal vez su nostalgia será también rápida, exprés. Günter tal vez se permita cinco segundos de nostalgia auténtica antes de pasar a lo siguiente.

TEMAS