La sucesión del padrino

Totò Riina, durante su juicio, en 1993

Totò Riina, durante su juicio, en 1993 / periodico

Rafael Vilasanjuan

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Salvatore ' Totò' Riina. En Sicilia todavía nadie ha olvidado su nombre y eso que hasta su muerte, hace apenas tres meses, pasó 24 años en prisión, sin que durante todo ese tiempo alguien le hubiera relevado en sus funciones al frente de la Cosa Nostra ¡Nadie! Su poder sobre el mayor sindicato del crimen era absoluto, jamás se arrepintió y aun encerrado no dejó de dar órdenes tras los barrotes. Encarcelado, Riina siguió siendo el padrino, el jefe en el que recalaban todas las órdenes de peso. Muerto, todos esperan saber quién lleva ahora las riendas del más antiguo de los clanes mafiosos italianos, el de Sicilia. Pero como en el caso del narco colombiano Pablo Escobar, lo más probable es que nadie pueda reunir en poco tiempo todo el poder que él tenía.

Como la energía y el dinero, el entramado que controla el crimen organizado ni se crea ni se destruye, va cambiando de manos. Esa es la clave para entender lo que está pasando en la mafia italiana, cuya historia inicia ahora una nueva etapa. La detención de Riina fue posible gracias a los trabajos infatigables del juez Giovani Falcone y el magistrado Paolo Borsellino, dos titanes asesinados en Sicilia cuando ya habían logrado encausar a mas de 500 mafiosos, entre ellos a Riina, que fue precisamente quien dio la orden de matarles con solo dos meses de diferencia.

Todo eso sucedía en 1992. Desde entonces, la Cosa Nostra siciliana puede haber perdido algo de terreno frente a la Camorra napolitana, o la Ndrangueta calabresa. Como parásitos, estos clanes han mutado y viendo la detención masiva de sus colegas sicilianos, se han organizado en estructuras menos visibles y en células independientes que han intentando refinar sus métodos, dejando los asesinatos como último recurso. Era mucho más efectivo infiltrase en el estado para conseguir la impunidad pagando, antes que matando, de forma que sus principales figuras disfrutaban de la protección de altas esferas en Roma.

Diferentes facciones

Si la mafia siciliana ha aprendido también esa lección, tal vez el poder de 'Totò' Rina no se traspase ahora a un nuevo 'don'. Lo mas probable es que se diluya en diferentes facciones y clanes, cada una con su capo. Pero las placas tectónicas del crimen organizado se mueven de nuevo en Sicilia y puede que ocurra como, cuando en los años setenta, Riina se encargó de asesinar a todos sus rivales y llevar a cabo literalmente una limpieza étnica en Palermo para quedarse solo al frente de los negocios del clan de los Corleone, el mítico pueblo que inmortalizó la película 'El Padrino' y del que era originario.  

Ahora han vuelto a aparecer por Palermo algunos de los que durante el terror que desplegó huyeron a Brasil, a Colombia o a EEUU. No había precedentes en la mafia: cuando arrestan al capo otro le sustituye, pero Riina fue el jefe de la Cosa Nostra hasta el día que murió. Tal vez con él cayó el último padrino pero el negocio de drogas, armas, ahora también el tráfico humano que cruza el Mediterráneo, busca sucesor.