Barça y Espanyol, más que equipos, dos tribus rivales

La rivalidad entre azulgranas y blanquiazules tiene su origen en la división social en Catalunya

Desafiante 8Piqué celebra su gol ante la mirada de Granero.

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Mauricio Bernal

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Ya en los orígenes del fútbol había violencia de por medio. El profesor de Antropología de la Universitat Pompeu Fabra Carles Feixa recuerda que «los antecedentes del fútbol eran prácticas corporales» que hoy en día serían vistas como «muy violentas», manifestación de la rivalidad que había entre pueblos, barrios o clases sociales. «Era una forma de evitar que estas rivalidades explotaran en forma de guerra abierta», explica. Feixa cita al sociólogo alemán Norbert Elias, «que calificaba el deporte en general y el fútbol en particular como una forma de domesticación de la violencia».

Sobre la rivalidad que deriva en expresiones violentas que mantienen Espanyol y Barça, Feixa subraya que responden «a la dinámica tribal del fútbol», y al hecho de que las aficiones reflejan divisiones sociales preestablecidas. En este caso, desde el principio. «El Barça en sus orígenes era el club de los extranjeros protestantes, lo cual ha sido un poco ocultado en la historiografía oficial, mientras que el Espanyol era el club de los católicos nacionales».

Entre la burguesía y la clase obrera

El proceso por el cual afirmaron sus identidades sociales actuales empieza durante la dictadura de Primo de Rivera, dice Feixa, «cuando el Espanyol se identifica con el statu quo de España y el Barça con el catalanismo», y luego, durante el franquismo, «cuando el Barça se convierte en el equipo de la burguesía catalanista mientras que el Espanyol atrae a las masas migrantes que llegan a Catalunya».

Más que equipos, son tribus rivales, y en este sentido, «más que xenófobas, las palabras de Piqué son clasistas». «Además, cuando los clubs están al mismo nivel hay respeto mutuo, pero cuando hay tanta diferencia puede haber gestos de prepotencia, como los suyos».