EL CONFLICTO CATALÁN
Ya estamos todos
La Catalunya plural ha hablado esta semana y se ha demostrado que la capacidad de movilización ya no es patrimonio de nadie
Astrid Barrio
Profesora de Ciencia Política de la Universitat de València. Miembro del Comité Editorial de EL PERIÓDICO
ASTRID BARRIO
Nunca en la historia reciente de Catalunya hemos asistido a una semana con tantas movilizaciones. Todo empezó el 1 de octubre, la jornada del referéndum, en la que más de 2,3 millones de catalanes, en unas condiciones muy precarias, decidieron ir a votar. Y muchos de ellos hicieron resistencia pacífica frente a las fuerzas del orden que trataban de impedir la votación. La actuación policial, particularmente de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, en muchos casos del todo desproporcionada, provocó una oleada de indignación que culminó en un 'paro de país' convocado por la Taula per a la Democràcia que paralizó Catalunya y que dio fe del amplio rechazo a la estrategia del Gobierno del PP en su gestión del conflicto.
Nunca en la historia reciente de Catalunya hemos asistido a una semana con tantas movilizaciones
La amplísima victoria del 'sí' en la consulta, pese a las dudas que puedan generar los resultados por la completa ausencia de garantías, que abría la puerta a la declaración de independencia y la dura declaración del Rey, acusando al Govern de la Generalitat de desleal y de poner en peligro el Estado de derecho, encendieron todas las alarmas. Ello sucedió por el temor a una escalada en el conflicto, lo que provocó la reacción de muchos sectores que hasta entonces habían permanecido en silencio o habían sido silenciados.
Llamadas al diálogo
Desde diversos sectores se empezaron a hacer llamadas al diálogo. La plataforma ciudadana Parlem/Hablemos convocó una manifestación sin banderas para el sábado delante de los ayuntamientos. Contó con una nutrida presencia de ciudadanos en numerosas ciudades del Estado que reivindicaban una negociación entre las partes. El Colegio de la Abogacía de Barcelona, por su parte, lanzó una iniciativa de mediación que ya ha recibido numerosas adhesiones.
De hecho, esta idea fue del propio presidente Puigdemont, quien solicitó una mediación internacional pese a la poca complicidad que el proceso soberanista ha recabado fuera de Catalunya. Así se puso de manifiesto en el debate en el Parlamento Europeo donde, pese a las condenas por el uso de la violencia, se rechazó tajantemente la estrategia que lleva a cabo el Govern de la Generalitat por situarse al margen del Estado de derecho.
Éxito de convocatoria
Y finalmente Sociedad Civil Catalana convocó una manifestación para este domingo, a la que se unieron Ciutadans y el PP, estos últimos llamando incluso a participar a personas procedentes de fuera de Catalunya. La convocatoria fue un éxito sin precedentes con la asistencia de casi un millón de personas según los organizadores y de 350.000 según la Guardia Urbana. En el corazón de Barcelona han reivindicado la Constitución y la unidad de España.
Esta semana, la Catalunya plural ha hablado y se ha demostrado que la capacidad de movilización ya no es patrimonio de nadie. Lo deseable sería que, tras esa agitación colectiva en la calle, la política volviese a la senda institucional y que los políticos hablasen entre ellos siendo muy conscientes de esa pluralidad. Porque no hay ni una ni dos Catalunyas o Españas, hay muchas más.
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