¿Por qué Trump necesita a May?

El presidente de EEUU precisa de la 'premier' británica para mostrar que su unilateralismo no es aislacionismo

British Prime Minister Theresa May lays a wreath at the Tomb of the Unknown Soldier

British Prime Minister Theresa May lays a wreath at the Tomb of the Unknown Soldier / YG/JKP

JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ SIERRA

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Trump necesita a May para mostrar y demostrar que su unilateralismo no es sinónimo de aislacionismo sino de un bilateralismo inteligente. Necesita a May para evidenciar que, nuevamente, él es el único que tenía razón cuando aseguraba que podría levantar los muros que quisiera, a portes debidos y sin daños colaterales significativos.

El volantazo en la política comercial global es, sin duda, un espacio que requerirá balones de oxigeno. La retirada del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, el anuncio de la renegociación del NAFTA y la muerte anunciada del TTIP con la Unión Europea,  por la forma y por el fondo, va a dejar un reguero significado de damnificados. A nivel comercial y a nivel de orgullo patrio.

El orgullo herido, junto con su palabrería infinita, harán que Trump necesite conjurar a los predichos damnificados y conseguir algún éxito bilateral. Para ello, nada mejor que la retórica multiforme de la Gran Bretaña Global recién bautizada por May y también, por qué no decirlo, de la compleja vuelta al futuro neo-Commonwealth que rezuma.

En la política exterior, geoestratégica y militar, ni su “propio“ partido, ni la CIA, ni los accionistas mayoritarios del mundo, ni la villa y corte de Capitol Hill van a dejar que Trump se entregue al abrazo del oso ruso. Podrá amagar pero no dar, sino quiere salir con los pies por delante en forma de 'impeachment' u otra.

Aunque no tendría consecuencias tan perjudiciales para Trump, tampoco cuadra con su fenotipo singularísimo no conseguir aliados en momentos claves, dan lustre al llanero solitario y verosimilitud a su proclamada soledad intencional. Aquí el Reino Unido es el único país del mundo que le puede sacar del rincón, el único que puede cambiar el dueto con Rusia por el trío con Rusia, que no es lo mismo ni es igual. No solo porque alivia el callejón sin salida a Trump sino porque Postdam es añorada por los halcones de su administración.

¿OTRA FOTO DE LAS AZORES?

Esta geometría básica podrá, al menos, ser útil en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en los delicados asuntos nucleares, en el prometido cobro del servicio de policía a los miembros de la OTAN y en la compleja gestión de una China a la que Trump ningunea como un matón del Bronx. 

En fin, May es la única que podrá dar a Trump una nueva foto de Las Azores. Y no hace falta ser adivino para saber que la necesidad de dicha foto llegará, más pronto que tarde.