IDEAS

El olor de los rellanos ajenos

A aquel hombre le entusiasmaba olfatear los recuerdos de otra gente; era como si viviera a través de esos retazos ajeno

Una secuencia de la serie de ciencia ficción 'Westworld'.

Una secuencia de la serie de ciencia ficción 'Westworld'.

ALBERT ESPINOSA

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Artículo 514. Me gustan las teorías extrañas, es por eso que, cuando el otro día en un edificio que no conocía subí con un vecino de un amigo mío y este me contó una de sus teorías, yo callé para escucharla y absorberla.

El hombre, que rondaba los 70 años, me relató que cada una de las 12 plantas de aquel edificio olía diferente y reflejaba el alma de los vecinos que lo compartían. Y que a él le encantaba ir por los rellanos y entretenerse a olfatearlos para lograr obtener más matices de cada vecino.

Era extraordinaria su sinceridad, pero fue todo superado por lo último que me enseñó. Casi os lo cuento después de la mejor de la semana.

Tercer puesto: 'Westworld'. La banda sonora de esta increíble serie rezuma felicidad y dulzura. Cada tema de Ramin Djawadi se te une al alma y te hace sentirte en paz.

Segundo lugar: 'El Principito. Enciclopedia ilustrada' (Lunwerg). Si te gusta el Principito, no deberías perderte esta brutal recopilación donde podrás recrear gráficamente todo su universo y disfrutarlo cerrando los ojos.

Primera posición: Bruce Davidson (Fundación Mapfre Madrid). Cada una de las fotografías supura verdad. Para retornar y disfrutar semanalmente. Me quedo con todas las imágenes de Central Park, que hasta se hiela el esófago al observarlas

Y lo que me enseñó finalmente es un libro que había comprado aquel día. Era de segunda mano y en la dedicatoria ponía: “Para María, que este libro perdure siempre en tus manos como mi amor”. Él me contó que lo había comprado por dos euros en un mercadillo pero que notaba la energía que supuraban aquellas palabras y, aunque no tuviera nada que ver con María, conservaría aquel libro como parte de la promesa.

Me despedí de él y pensé en cómo le entusiasmaba olfatear los recuerdos de otra gente. Era como si viviera a través de esos retazos ajenos. Olí el rellano de mi amigo antes de entrar en su casa. ¡Feliz domingo!