China celebra la victoria de Trump

De materializarse los planes de Donald Trump, China sería la gran beneficiada. El acusado populismo del magnate le impide apreciar que la China que tanrto critica ya no existe

Trump saluda a su salida de la entrevista con 'The New York Times' .

Trump saluda a su salida de la entrevista con 'The New York Times' .

Pablo García Sánchez

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A priori, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca podrían parecer malas noticias para China. Tras sus continuos ataques al gigante rojo durante la campaña electoral, al que ha llegado a acusar de ser “el mayor ladrón de empleos de la historia” o un “manipulador monetario”, cabe esperar que la victoria del candidato republicano erosione enormemente las relaciones bilaterales entre ambas potencias. 

El libre comercio y la globalización son los culpables

El magnate ha manifestado a lo largo de los últimos 18 meses de campaña que el libre comercio y la globalización, impulsados durante la presidencia de Barak Obama, son responsables del supuesto declive económico norteamericano. En consecuencia, se opone férreamente al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica –TPP- firmado en febrero de 2005 entre EEUU y  11 países del Pacífico, entre ellos Canadá, Australia, Japón y México, y que afecta a un gran número de asuntos desde el comercio de lácteos hasta la regulación laboral y el medio ambiente. 

Y, como no podía ser de otra manera, el presidente electo se opone también a los acuerdos que mantiene con sus vecinos México y Canadá –el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, NAFTA, en vigor desde 1994 y que establece las reglas de comercio e inversión entre los tres países, gracias al cual se han eliminado la mayoría de los obstáculos arancelarios-.

Durante la campaña, ha prometido el establecimiento de un arancel del 45% a todas las importaciones chinas y castigar a aquellas empresas que trasladen su producción fuera de los Estados Unidos… Dicho de otro modo, un retorno al proteccionismo y aislacionismo comercial más rancio del siglo pasado.

Es evidente que a corto plazo este tipo de acciones dañarían la economía china. A fin de cuentas, el gigante asiático confía en los consumidores americanos para exportar sus manufacturas y en la tecnología e inversión estadounidense para desarrollar sus capacidades productivas. En este contexto, no conviene olvidar que China es el mayor tenedor extranjero de deuda estadounidense, lo que le otorga un enorme poder. Si Pekín decidiese dar un zarpazo al mercado con una venta masiva de sus tenencias de bonos americanos, las consecuencias sobre los costes de financiación de EEUU podrían ser muy graves. 

La China que critica Trump ya no existe

No obstante, de materializarse los planes de Donald Trump, China sería la gran beneficiada. Y es que el acusado populismo del magnate le impide apreciar que la China que tanto critica ya no existe. Aquella economía basada en una fuente ilimitada de mano de obra barata ha evolucionado y ampliado su ancho de miras. Ya no desea ser la fábrica de la economía mundial, sino su diseñador. No busca ser obrero, sino arquitecto. Y por ello, el gobierno chino se ha embarcado en un amplio y ambicioso proceso de reformas a fin de potenciar el desarrollo tecnológico y la innovación (ver gráfico. Sus faraónicas inversiones en el continente africano -del que ya es el principal socio comercial- son buena muestra de ello. 

El rechazo del presidente electo a la mundialización pone en bandeja de oro al gobierno de Xi Jinping la posibilidad de incrementar su influencia política y económica en la región Asia-Pacifico. Ante un creciente aislacionismo norteamericano, China podría moldear el proceso de integración comercial en la región de la forma más beneficiosa para sus intereses. 

Probablemente en privado los líderes chinos están celebrando la victoria del magnate republicano. Y es que con Trump en el despacho oval, la factibilidad de potenciar la presencia e influencia china en el panorama geopolítico y económico mundial podría haberse incrementado notablemente. Santa Claus podría haber visitado Pekín antes de lo previsto!