LA CLAVE

La culpa de todo la tiene Ada Colau

La culpa de todo la tiene Colau. De todo. 'Piove, porco governo'. La jefa de Barcelona debe conoce bien la ironía italiana por su pasado 'erasmus' en Milán

IOSU DE LA TORRE

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Es tanta la antipatía que brota desde la barricada ultramontana contra la alcaldesa de Barcelona que resulta extraño que aún a nadie se le haya ocurrido imprimir camisetas con la leyenda inspirada en la canción con la que el hip-hop de Def con Dos disparaba sobre la viuda de John Lennon.

'La culpa de todo la tiene Yoko Colau', pueden entonar los antipodemitas sin el salivazo intransferible del rockero César Strawberry, desconocedores seguramente de que el propietario del tono salvaje acaba de ser absuelto por la Audiencia Nacional por unos tuits más bestias todavía.

España es idiota, brama Def con Dos en otro disco. Hay que escucharlo en estos tiempos perdidos entre voto y voto para que nadie cambie, que todo siga igual.

La culpa de todo la tiene Colau. De todo. 'Piove, porco governo'. La jefa de Barcelona debe conocer bien la ironía italiana por su pasado 'erasmus' en Milán. Reina el calorazo en Barcelona por culpa de Colau, ironizaba ayer Víctor Hugo Artiles en un restaurante muy selecto de la calle de Diputació tras pagar 60 euracos por cabeza.

Todo es culpa de la alcaldesa. Viva el insulto, el despropósito. Es extraño que no haya surgido aún ningún tuitero vengador o chistoso con una soflama escrita en 140 caracteres en la que la responsabilice de la carrera de autos locos protagonizada por un<strong> fitipaldi minusválido</strong>, lanzado calle de Muntaner abajo, sin casco, sin cinturón, sin sentido, borracho de euforia, sorteando taxis, buses y peatones, cual Pierre Nodoyuna sin el perro Patán. Un torpedo sobre ruedas que surca las redes (sociales), metáfora del exabrupto contra Colau.

Quien dio eco a la leyenda de que Yoko Ono provocó la disolución de los Beatles triunfó como un cretino durante décadas, hasta que Paul McCartney, demasiado tarde, liberó de culpa a la hoy octogenaria japonesa.

PROGRE Y QUEJICA

El lema de esta clave efímera divierte al que ve al demonio en Pablo Iglesias mientras crece la perplejidad podemita ante la conversión de un escritor tan progre como quejica como Javier Marías. La culpa de todo es de Ada Colau.

Mientras, Mariano Rajoy seguirá en la Moncloa.