Volumen

Cuenta el responsable de operaciones de Amazon en España, Fred Pattje, que una de sus principales referencias para ganar eficiencia solo mide 59,5 centímetros de largo, 39,5 de ancho y 30 de altura. Es la caja de plástico donde se depositarán alguno de los 700.000 productos que se facturarán a diario desde El Prat en su recorrido desde el punto de recogida en una estantería del almacén hasta el empaquetado y envío, tras recorrer la nave en una cinta transportadora. ¿Dónde está el negocio? En saber aprovechar esa capacidad básica sabiendo lo que miden los 132 millones de productos que tienen en el catálogo y, a partir de ahí, trasladar ese conocimiento a lo que cabe en el remolque de un camión de reparto si se aprovecha del todo.

Es la métrica de toda la vida, solo que reciclada en los programas más sofisticados y sus algoritmos que aporta la era digital a la eficiencia económica. Hablar de metros cuadrados de la nueva instalación de Amazon junto al aeropuerto es hablar solo de superficie. Pero la clave está en el volumen, no en los metros cuadrados sino los cúbicos, la auténtica dimensión de la revolución comercial, que es la entrega inmediata en la hora programada y avisada al consumidor. Pensar y programar en 3D es la distribución del futuro, partiendo de cuánto y qué cabe en un pequeño contenedor.