Van Morrison, trovador

La editorial Malpaso ha publicado 'Toma interior', volumen que recoge un tercio de las letras que Van Morrison escribió para sus canciones, es decir, una especie de 'Selected Poems' en la más pura tradición anglosajona. Son 50 años de creación iluminada -en inglés y en la versión en castellano de Miquel Izquierdo- y, al leer todas esas canciones memorables, te das cuenta de varias cosas.

1, el poder evocador de sus letras es tan fuerte que, si uno conoce la canción, enseguida recuerda la música que le corresponde, el ritmo y sobre todo la voz de Van Morrison con todos los matices que le conocemos: jovial, enfadado, distante, melancólico, reflexivo, eufórico -y entonces sucede que las palabras adoptan también ese tono y es como si el recuerdo musical te ayudara a comprender mejor el texto.

2, la edición es cronológica y su lectura permite apreciar la coherencia creativa, el camino de una voz que se hace adulta y evoluciona, pero siempre vuelve a los mismo temas: amor, lejanía, soledad del creador, desconfianza en el presente...

Y 3, que no hay muchos artistas que aguanten el reto de poner en papel (sin la música) sus letras y funcionen como si fueran poemas...

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Aunque en realidad, las canciones de Van Morrison, pues, no son poemas en el mismo sentido en que lo pueden ser las de Lou Reed o Jarvis Cocker -dos cantautores que en los últimos años también han recogido sus letras en libro-. Van Morrison es literario de una forma más tradicional. Sus letras me hacen pensar en los trovadores. Por la proximidad popular, a veces juguetona y otras ensimismada, y por la reflexión sobre su oficio sin darse aires (por ejemplo en 'Songwriter'). Como contrapunto, su apego a una tradición irlandesa en el sentido amplio, explícita en la canción 'Too long in exile': “Demasiado tiempo exiliado', escribe y canta, “tanto como para volverme majara”, y luego se pone al lado de otros exiliados de su tierra: James Joyce, Samuel Beckett, Oscar Wilde, George Best y Alex Higgins. Tres grandes escritores, un futbolista mítico y el mejor jugador de snooker de todos los tiempos. Una suma de temperamentos que cuadran con Van Morrison.