Peligro de una nueva desaceleración mundial

¿Se japoniza la economía mundial?

En el 2016 persistirán los riesgos y la amenaza de que estalle otra 'guerra de divisas'

Un inversor controla los movimientos de la bolsa china en el parquets de Fuyang. Abajo, Xu Xiang.

Un inversor controla los movimientos de la bolsa china en el parquets de Fuyang. Abajo, Xu Xiang.

JAUME GINÉ

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El año 2016 se presenta complejo para la economía global. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicaron –los días 6 y 19 de enero– sendos informes con unas perspectivas poco alentadoras. Se conjugan la desaceleración de la economía china, la brusca caída de los precios del petróleo y de otras materias primas, la subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EEUU, el crecimiento de las desigualdades territoriales y sociales, el impacto medioambiental, etcétera.

Los más afectados son los países emergentes y en vías de desarrollo que afrontan una depreciación de sus divisas, una fuga de capitales y un progresivo endeudamiento de las economías y las empresas públicas y privadas. Un cóctel de riesgos económicos a los que se suma un reguero de riesgos geopolíticos de los que no se libra la UE. Parece que la economía se japoniza, atrabancada en un ciclo de desaceleración económica.

TERCERA FASE DE LA CRISIS

Estamos en la tercera fase de la crisis financiera global que arrancó en EEUU en el 2008 que luego paso a la zona euro, aún convaleciente. Ahora afecta a la mayoría de los países emergentes y en vías de desarrollo. Pero las alertas se centran en China. Existe la percepción de que Pekín no gestiona bien las transformaciones de un modelo económico que se mostraba insostenible y perdía competitividad.

Se pretende transitar desde una economía basada en el sector industrial exportador a otra más innovadora que prime el consumo interno y el sector servicios. Pero China afronta dificultades para modernizar un sector financiero muy frágil como demuestran las crisis bursátiles sufridas en el verano del 2015 y a principios del 2016. Pekín pretende liberalizar progresivamente los mercados de capitales pero sigue interviniendo para controlar la cotización del yuán, una divisa aún no plenamente convertible. Utiliza sus cuantiosas reservas de divisas que suman hoy unos 3,23 billones de dólares tras reducirse unos 770.000 millones desde junio del 2014. 

A pesar de los interrogantes planteados, el FMI predice que la economía china podría crecer el 6,3% en el 2016. Mucho más que EEUU (2,6%) que cuenta a su favor un dinámico mercado laboral que logró reducir la tasa de paro hasta el 4,9% en enero. Y que la zona euro (1,7%) que salva los muebles gracias al consumo interno y la política monetaria acomodaticia del BCE. Por otro lado, Japón (1%) y Corea del Sur (2,6%) padecen la menor demanda china pero resultan favorecidos por la menor factura energética que ayuda a reequilibrar sus balanzas comerciales.

LOS PAÍSES EMERGENTES

Los problemas son más acuciantes para los países emergentes productores de materias primas, excesivamente dependientes de la demanda china. No impulsaron las reformas estructurales pendientes para modernizar y diversificar sus economías cuando recibían el maná chino. Ahora resultará más difícil porque la brusca caída de ingresos de las exportaciones desequilibró los presupuestos estatales y aceleró los déficits y el endeudamiento en dólares.

El precio del barril de Brent, a 126 dólares hace un año y medio, se cotizó en enero en torno a los 30 dólare. Y se mantendrá a bajos precios a lo largo del 2016. Unas sombrías perspectivas, según el FMI, para Rusia (-1%) y Brasil (-3,5%) que seguirán sumidas en recesión económica. El peor escenario está en Venezuela, donde el FMI prevé que la inflación alcance el 720%. La recesión rusa y la fuerte devaluación del rublo frente al dólar y el euro también arrastra a las economías del mar Caspio y Asia central, como Azerbaiyán y Kazajstán, con estrechos nexos económicos y monetarios con Rusia.

EL CASO INDIO

En cambio India, un importador neto energético y que no depende del comercio exterior con la vecina China, será la única economía de los cinco países BRICS que seguirá acelerando (7,5%). También destacan otras economías dinámicas como Filipinas, Vietnam e Indonesia. Cabe recordar que en enero se estrenó la Comunidad Económica de ASEAN que agrupa a diez países del Sudeste asiático con un potencial mercado de 630 millones de personas. 

En el 2016, persistirán los riesgos financieros y económicos con la amenaza de otra 'guerra de divisas'. Todos seguiremos pendientes de la evolución de la economía china y de la cotización del yuán. También una mayor apreciación del dólar estadounidense golpearía a las demás divisas, encareciendo aún más la financiación pública y privada a escala mundial.

Sin olvidar los riesgos geopolíticos, como la guerra en Siria e Irak, que perjudica a las economías de  Turquía, Egipto, el norte de África... Y la preocupación por un posible 'Brexit' y la falta de liderazgo político en la UE para encauzar la crisis de los refugiados. En todo caso, tendremos que adaptarnos a un entorno más difícil y competitivo. 

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