Políticas de urgencia contra la pobreza

La plataforma Pobresa zero -que agrupa a más de 3.200 entidades sociales, sindicatos, colegios profesionales y otras organizaciones- ha reivindicado ante el Parlament poner en agenda '12 frentes en la lucha contra las desigualdades', que incluyen 41 medidas en diferentes ámbitos. Con motivo de este acto, Roser Rosell, presidenta del Casal dels Infants, plantea en este artículo las reivindicaciones de la entidad que representa.

ROSER ROSELL

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A pesar de que en las últimas elecciones el debate político giró, mayoritariamente, alrededor de la independencia, la cuestión social ha sido muy presente. Ideas clave como "pobreza cero", la lucha contra la pobreza infantil y la renta garantizada están en los programas electorales y son exigidas ampliamente por la ciudadanía como políticas imprescindibles del próximo Govern.

Por lo que refiere al momento actual, no permitimos que el foco social quede solo en palabras y exigimos que sea el eje de cualquier proyecto de futuro del Parlament. Somos uno de los países de Europa donde ha aumentado más la desigualdad económica, a pesar de haber sufrido todos la misma crisis. Los efectos han sido devastadores allí donde se acumulaba más vulnerabilidad. Y lo más grave es que no se prevén recursos para políticas en favor de la equidad, que puedan compensar tantos años de desequilibrio entre las personas. La espiral de la pobreza arrastra a muchas familias y a sus niños, hace mucho tiempo.

Son muchos los informes que, durante estos años de crisis, han hecho patente la situación de todos los colectivos víctimas de la desigualdad. Todos proponen la centralidad de la infancia como parte prioritaria de cualquier abordaje en clave de igualdad de oportunidades, sobre todo los más pequeños. Porque si no empezamos desde el inicio a cerrar la brecha de desigualdad, se hará más grande en los siguientes años, como ha pasado hasta ahora, y será imposible cerrarla más adelante.

POLÍTICAS DE ACTUACIÓN

Desde el Casal dels Infants, defendemos, además de las medidas de urgencia con resultados inmediatos, tres políticas de actuación básicas con efectos que perduren en el tiempo:

- Solamente venceremos la desigualdad si contemplamos todo el entorno de los niños y de la familia. Hay que fortalecer los barrios que concentran más situaciones de pobreza, contando con las personas y el tejido social que, afortunadamente, existe en todo nuestro país. Tenemos que volver a potenciar la militancia social del entorno que teje redes solidarias, a partir de todos los elementos comunitarios culturales y vecinales. Barrios que eduquen, autoeducándose.

- La desigualdad se inicia desde que somos bebés. Hay que promover proyectos educativos de cero a tres años, centrados en el niño e implicando a las familias, que generen procesos educativos, relacionales y vecinales, que, como manchas de aceite, se extiendan y transformen las comunidades de los barrios. A la vez, se reducirá el desajuste educativo al cual se ven sometidos muchos niños de estos barrios cuando llegan a la escuela.

- Y la escuela la tenemos que concebir como equipamiento educativo permeable al entorno, que faciliten tanto la educación formal como la no formal y donde participen niños y niñas, padres, madres y vecinos, el mayor tiempo posible. Escuelas de y para la comunidad, que impliquen los vecinos, las asociaciones, los servicios... Grandes redes complejas donde entidades sociales, escolares y de salud, generen unos entramados que protejan e impulsen a los niños y jóvenes, y donde ellos mismos también sean protagonistas de la transformación de su entorno.

En los barrios en desventaja social, la experiencia demuestra que con poco se hace mucho. Que las personas quieren transformarse y transformar su entorno y que el trabajo en red, con toda la comunidad, provoca grandes cambios en los barrios cuando se implica todo el mundo en este proyecto común. La realidad es terca y penetrante y, a la vez, muy emocionante. No permitiremos que ningún proceso la haga invisible y que el círculo de la pobreza siga girando y girando. Ahora y aquí, parémoslo.