Análisis

Una red fiable amenazada por la delincuencia

MANEL VILLALANTE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ayer por la mañana, el corte de unos  cables de fibra óptica de la red de comunicaciones del AVE afectó a 40 trenes y a 13.000 viajeros mayoritariamente en Catalunya, pero también en Madrid y otros puntos de la red que tenían Catalunya como destino. Inicialmente la inexistencia de comunicación obligó por razones de seguridad a la detención de los trenes  y, posteriormente, a una circulación degradada de los convoyes que no se normalizo hasta bien entrada la tarde

Este grave  episodio, mas allá de si se trata de un sabotaje o de un intento de robo, se suma a una cadena de incidentes, de mayor o menor intensidad, que han afectado los compromisos de puntualidad ferroviaria en el corredor Madrid - Barcelona, que es el de mayor demanda de toda la red  de alta velocidad.

La plaga de los robos

La inmensa mayoría de estos incidentes son ocasionados por el robo de cable de cobre. Solo el año pasado se sustrajeron en Catalunya 141 kilómetros de este material para comercializarse en el mercado negro donde tiene un elevado valor, cifrado en siete euros por kilogramo.

Las redes ferroviarias necesitan del cableado de cobre para la distribución de tensión eléctrica destinada a los servicios auxiliares ferroviarios, al margen de la tracción que se alimenta vía catenaria. Asimismo, la red de fibra óptica es la que posibilita la comunicación entre los trenes y los puestos de mando y, en definitiva, la regulación y seguridad de la circulación.

Cualquier incidencia sobre estas redes afecta a la circulación de trenes pero su incidencia es mayor en función del nivel de prestaciones y por ello en el caso del AVE la pérdida de comunicación obliga, a partir de los protocolos de seguridad, al paro inmediato del tráfico.

Sabido es que el desarrollo tecnológico  ha generado mejores prestaciones y mayor calidad y seguridad  en el transporte ferroviario pero, al mismo tiempo, introduce elementos de mayor criticidad en estas infraestructuras.

Dudas ciudadanas

La red española de alta velocidad está dotada de los elementos de señalización y seguridad en la circulación más avanzados, pero hechos como el de ayer pueden generar desconfianza por parte de los clientes y, en definitiva, de los ciudadanos .

Las líneas del AVE, que cumplen  los estándares de  vigilancia, están totalmente valladas, los cables están protegidos y disponen de detectores y cámaras en los puntos más críticos, como en pasos elevados, entrada de túneles y en las proximidades de determinadas estaciones. No existe en ningún lugar del mundo una red de estas características y extensión que disponga en todo su recorrido de cámaras de vigilancia.

Una primera evidencia es que la culpabilidad directa de este y de los otros incidentes ocurridos por la misma causa, debe recaer en quienes roban y comercializan el cable de cobre en el mercado negro, pero los responsables públicos de la seguridad y de las infraestructuras son quienes deben prevenir y perseguir a los autores y las redes  ilícitas de comercialización.

Otro elemento de reflexión debería ser el porqué Catalunya , con cerca del 20% de las instalaciones ferroviarias, sufre más del 40% del total de los  robos de cable del conjunto del Estado, y no solo en el sector ferroviario sino en otros como el energético y las telecomunicaciones.

En definitiva, estamos ante unos hechos que requieren de la mejor coordinación  entre los responsables de las infraestructuras y los de la seguridad pública en la prevención y persecución de los autores, pero sobre todo en la desarticulación de las redes que comercializan el material robado.

Los protocolos de seguridad ferroviaria funcionan  y nadie debe temer por ello, pero los costes en pérdidas de tiempo y todavía más en credibilidad de nuestra tecnología y nuestros gestores obligan a una actuación contundente y eficaz.

TEMAS