Al loro con Benedito

JOAN GUIRADO

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A Josep Maria Bartomeu, el cargo de presidente del Fútbol Club Barcelona le va grande. De hecho, nunca debería haber llegado a esta responsabilidad, ya que, como es tradición en este país, fue nombrado a dedo después del fracaso en la gestión de Sandro Rosell que, a pesar de su marcha rápida y por la puerta de atrás, sigue dando quebraderos de cabeza al Fútbol Club Barcelona, ahora por su presunta implicación en la trama corrupta de la FIFA. Me atrevería a decir que su paso por la presidencia del Barça será recordado como uno de los más nefastos de la historia del club azulgrana. Unos años de vaivenes a los juzgados que ha dejado en segundo lugar el día a día deportivo de la entidad.

Bartomeu, un títere de Rosell, que es quien continua comandando el club des de la sombra, no ha conseguido ganarse ni el apoyo ni el respeto de nadie en los meses que ha estado al frente del club. Ni siquiera el de los jugadores del primer equipo, que en el avión de vuelta de Madrid tras ganar la liga este año le abuchearon al grito de "Nobita". Y él sonreía, pensando que tal dedicatoria era un halago para su persona.

Días antes de convocar las elecciones, Bartomeu ya empezó su campaña. Y es que aun siendo el presidente del club, tiene seguramente más faena que el resto de candidatos para ganar el apoyo de los socios. Un apoyo, por cierto, que nunca ha conseguido al no haber pasado todavía por las urnas. No es de extrañar entonces, que en las últimas semanas Bartomeu esté haciendo lo que no ha hecho en los últimos meses. La remodelación del estadio, reuniones multitudinarias con peñistas, anunciar el Gamper.... Cualquier momento es bueno para intentar colgarse alguna medalla.

En el polo opuesto de Bartomeu, y después de su irrupción vía YouTube al más puro estilo Berlusconi, su media naranja Joan Laporta hace el vuelco de nuevo de la política al deporte. También han entrado al partido Agustí Benedito y Toni Freixa, alter ego de Bartomeu. Entre el Barto, Laporta y Freixa, herederos de una misma filosofía y forma de hacer las cosas, la campaña viene siendo como en los últimos años. Reproches, denuncias e infinidad de acciones y decisiones que en ningún caso han ayudado a la buena marcha del club. Una posición que contrasta con la de Benedito, que desde la responsabilidad ha hecho oposición a la junta actual, pero ayudando a construir aquello que no ha funcionado hasta ahora, que por cierto, es mucho.

En las elecciones del sábado, el Barça se juega mucho. Más incluso que en cualquier final, donde al fin y al cabo, lo que queda de ella es un bonito recuerdo y un trofeo. En estas elecciones el Barça se juega recuperar la estabilidad social y con ella la buena dinámica deportiva. Utilizando el eslogan de campaña de uno de los candidatos a la alcaldía de Barcelona, en estas elecciones blaugranas la cosa no está entre el conservadorismo de Bartomeu o el "viva la vida" de Laporta. Como diría el expresidente, al loro, que Benedito en esta ocasión lo volverá a intentar y pisando más fuerte el acelerador, sobre todo después del reforzamiento que obtuvo en el debate de ayer en TV3. A diferencia de los otros candidatos, ni es pasado ni es presente con cosas a amagar.