De lista a lista hasta la partida final
Género: Surrealismo.
Definición: Movimiento literario y artístico que busca trascender lo real a partir del impulso psíquico de lo imaginario y lo irracional.
Escenario: Catalunya
Protagonistas: Convergència, ERC, CUP, Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y la Assemblea de Municipis per la Independència (AMI).
Sinopsis: El presidente de la Generalitat, Artur Mas, invita a las entidades soberanistas a que se sumen a su lista para concurrir juntos a las elecciones del 27-S. Tras este órdago en toda regla, las asociaciones independentistas intentan salir del envite sin romper nada. Cada una a su manera. La ANC, previo referèndum interno, compra la propuesta de Mas, Òmnium expresa sus reticencias y la AMI no se moja. En estas que el líder de ERC, Oriol Junqueras, antes de partir a hacer las Américas, sube la apuesta y propone una candidatura en la que no hay políticos.
Los catalanes, independentistas o no, asisten atónitos a la función, esperando a ver cuál será la siguiente escena. La (pen)última es la que protagoniza la ANC al proponer la convocatoria de unas primarias que sirvan para elegir a los representantes de la sociedad civil que deben integrarse en la candidatura.
Un destacado dirigente de Convergència apuntaba que el propósito final es que la lista combine la presencia de independientes y de políticos profesionales. O sea, el mix que ya reclamó (sin éxito) Mas en la conferencia que ofreció en Molins de Rei hace un par de semanas. Una propuesta, por cierto, que cogió por sorpresa a más de uno en su partido.
Desenlace: Todavía incierto y no inminente, teniendo en cuenta que Junqueras de Argentina salta hoy a Uruguay. Un factor que ningún partido se atreve a pronosticar aún es cómo acabará el baile de fórmulas, a cual más surrealista.
Mientras, en otro frente, el del llamado Sí se puede, empieza a asumirse que Catalunya puede ser un territorio clave, como lo fue durante muchos años para los socialistas.
Iniciativa ha decidido diluirse porque la alternativa era convertirse en un grupo parlamentario residual. A cambio, y a mayor gloria de Podemos, se garantiza una representación más que digna en el Parlament. El reto ahora es encontrar a un Pablo Iglesias o a una Ada Colau o una Manuela Carmena capaz de movilizar al desorientado votante de izquierdas. Si lo logran, tendrán más de la mitad de la partida ganada e incluso estarán en disposición de hacerse con la victoria. Su presencia obligaría a CDC y ERC a posicionarse no solo en el eje nacional sino también en el social. Y es entonces cuando surge la pregunta: ¿Mas y Junqueras comparten las mismas prioridades en políticas sociales? ¿ERC avalaría otro conseller como Boi Ruiz?
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