El aval de la profesionalidad

En los últimos años, la crisis en el sector de la edificación y la arquitectura en España ha provocado colas en las oficinas de empleo y montañas de currículos en la mesa de los responsables de recursos humanos de empresas y consultorías de selección. Este exceso de demanda significa requerir a los candidatos cada vez más y más requisitos para elegir a quien más valor añadido ofrezca.

Los avales de profesionalidad se basan fundamentalmente en la formación y la experiencia, justificadas por los títulos y el apoyo de las referencias profesionales. Pero hoy un título universitario no es garantía suficiente para poder conseguir un puesto de trabajo. Hoy, hay que sumar una garantía de especialización que se obtiene después de la formación de posgrado y el itinerario profesional. Para diferenciarse de otros candidatos, hay que tener también otras características cada vez más valoradas en las ofertas de trabajo: polivalencia, flexibilidad, capacidad de trabajo en equipo, orientación a resultados, liderazgo... Son las competencias transversales, un intangible difícil de evaluar a través de un currículo.

Un tercer elemento -y no el menos importante- es el desarrollo profesional continuo: experiencia, la evolución profesional y trayectoria, a lo que habrá que añadir un historial impoluto, sin ninguna mancha que pueda generar la sombra de la duda sobre la profesionalidad. Ahora bien, qué ocurre cuando quien busca a este profesional es un ciudadano de a pie, que desconoce cuáles son las variables de profesionalidad que debe tener en cuenta. Cuando se trata de contratar a un profesional que debe revisar si nuestro edificio es seguro o tiene deficiencias, o aquel que deberá construir la casa de nuestra vida..., ¿qué avales de profesionalidad tienen que buscar? La certificación profesional es la respuesta.

¿Y qué es una certificación profesional? Es un aval de la profesionalidad del técnico emitido por una entidad imparcial que, siguiendo los estándares de la norma internacional ISO 17.024, certifica que un profesional es competente para realizar una función o trabajo profesional concreto. Este aval será obtenido tras un proceso de evaluación riguroso, que sigue un procedimiento similar al de un proceso de selección de personas profesionalizado, realizado por evaluadores cualificados que evalúan la formación y experiencia, comprueban el historial, examinan competencias técnicas, comprueban las referencias y vigila que cumplan su compromiso de actuar siguiendo un código ético y de buenas prácticas. Al igual que ocurre con las inspecciones técnicas de vehículos (las itv) , ocurre con los profesionales: una entidad certificadora independiente señala si este profesional tiene las competencias necesarias para realizar determinados trabajos y en qué grado o nivel las tiene.

Para afrontar todos estos retos, los colegios de aparejadores de Madrid y Barcelona -con el apoyo del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, que agrupa a más de 50.000 profesionales- acaban de crear la primera Agencia de Certificación Profesional (ACP) de la edificación y la arquitectura en España. Esta entidad de certificación profesional nace para ofrecer este aval de profesionalidad a los ciudadanos y a las empresas que quieran contratar o encargar un trabajo a un profesional de la edificación y la arquitectura.

Con esta iniciativa, los colegios oficiales de aparejadores queremos ofrecer un valor añadido a nuestra función de defensa del ciudadano y poner en valor el nivel de competencia de nuestro colectivo profesional -más allá de la estricta titulación- certificando así a los profesionales que mantienen su competencia a lo largo de la vida y que se especializan en el ámbito que nos define: la edificación y la arquitectura.

Gracias a esta certificación, nuestros profesionales podrán mejorar su competitividad en el mercado local, ampliar sus áreas de especialización y optar también a trabajos internacionales que requieren una certificación profesional desde hace años. El alcance de la ACP se equipara así a otros organismos profesionales que están reconocidos a nivel internacional como son el Royal Institution of Chartered Surveyors (RICS) del Reino Unido o el Project Management Institute (PMI) de Estados Unidos.

La certificación profesional de personas viene a complementar -y, en algunos casos, suplir- funciones que se encuentran reguladas por la legislación, en la que los colegios profesionales ejercemos nuestra función de protección de los ciudadanos, que es sin duda una de nuestras principales razones de ser.