Análisis

La urgencia se aplaza

Mario Gaspar, del Villarreal, dispara a puerta y abre el marcador ante el Espanyol

Mario Gaspar, del Villarreal, dispara a puerta y abre el marcador ante el Espanyol / periodico

MANEL LUCAS

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Hay algo que me gusta de escribir estos artículos exprés pospartido: tener que cambiar a última hora el tono derrotista porque el Espanyol ha rescatado parte de lo que parecía irremediablemente perdido cuando se acercaba ya el final del encuentro. A veces es una victoria in extremis y a veces, como este domingo y en alguna otra ocasión este año, un empate que tal como llega nos entusiasma como una victoria de semifinales de Champions contra el Bayern de Múnich a domicilio.

Tenía a punto ya una lamentación, una más, por la tristeza que evidencia este Espanyol 2014, y mis comisuras, como suele suceder cuando escribo en este estado de ánimo, rasgaban prácticamente el suelo. Entonces llegaron esos 10 minutos de 'locurón', con los jugadores dando todo lo que habían racaneado el resto de partido, y el gol de Colotto, y sentí que debía darle un vuelco a todas mis palabras.

En realidad, sin embargo, lo único que cambia de la reflexión necesaria es que se puede hacer con un poco menos de urgencia, impaciencia o taquicardia gracias a ese punto arrancado al Villarreal, pero el Espanyol de los 80 primeros minutos merecía un palo y casi una sesión de psicoterapia. Huiré del recuerdo tópico de Houston, pero el Espanyol tiene, a pesar del empate salvífico, un problema. O incluso dos.

Cuando la defensa comete, al menos, un error terrible por partido, y a la delantera le cuesta horrores remachar las jugadas, es complicado sacar adelante la Liga. Por detrás, esos despistes momentáneos que permiten a los rivales plantarse desmarcados ante Casilla hieren como cuchillas afiladas. Y a uno le dan ganas de ponerse a gritar inconveniencias cada vez que los defensas se complican ridículamente la salida y acaban sufriendo por la tontería. Por delante, resulta desazonadora la dificultad de los delanteros de atinar en un simple chut bien dirigido a puerta. Por ejemplo, ¿por qué Caicedo no tiene nunca la pierna en la diagonal adecuada?

Se entiende que a Sergio González no se le relaje la cara de vinagre y circunstancias ni que le pongan delante el mejor capítulo de 'Modern family'. Con esta trayectoria en su estreno en Primera más parece un espectador permanente de 'The walking dead'.

El gol de Colotto evitó que el equipo entrara en dinámica depresiva, esa que tantas veces suele acabar con la despedida del míster. La ducha posterior sería alegre, y la charla más tranquila, sin duda. Pero el problema de fondo no se ha desvanecido, y convendría ir metiéndole mano entre técnicos y plantilla y no esperar a que acucie más.

Antes de terminar, voy a dar todo mi apoyo al jugador Manu Lanzarote, que ayer recibió un alud de inaceptables críticas y los habituales insultos de los indeseables que se amparan en la impunidad de Twitter, por el simple hecho de haber reclamado el derecho a decidir de los catalanes. ¡Pero bueno, a ver si un profesional no va a poder expresar su amor a la democracia!