La clave
Motín en el hospital de Bellvitge
Juancho Dumall
Ha trabajado en las áreas de Política, Opinión y en la edición del fin de semana.
JUANCHO DUMALL
Recortes, privatización de servicios públicos, retrocesos en el Estado del bienestar, riesgos de exclusión social, desigual reparto de los costes de la crisis... Términos que de tan repetidos en el debate político desde el 2008 han dejado de impresionarnos. Pero algunos aldabonazos en los medios de comunicación nos ponen delante la cruda realidad de la microeconomía. Son noticias que hablan de ciudadanos que sufren y también de otros que han dicho basta a los atropellos.
Es el caso de los enfermos del Hospital de Bellvitge -nueve, a día de ayer- que se han atrincherado en sus habitaciones y se niegan a ser trasladados a otras plantas. Desafían así a la dirección del centro sanitario, que ha decidido el cierre de un determinado número de camas durante el mes de agosto. Los pacientes díscolos no adoptan esa actitud por simple comodidad. Han manifestado a distintos medios que no abandonan las habitaciones porque no quieren dar facilidades para que se cierren plantas este verano. Es decir, han empezado por su cuenta una rebelión contra los recortes en la sanidad pública. ¿Y qué es si no un recorte el cierre de plantas hospitalarias?
La gerencia del centro de Bellvitge ha querido quitar hierro a la protesta y culpa a algún sindicato de facilitar informaciones tremendistas a los ingresados y jugar así con sus sentimientos. Solo se trata, dicen, de cerrar algunas plantas hasta septiembre para pintar y hacer otros trabajos de mantenimiento. Pero la explicación no vale cuando hemos visto este mes la saturación en urgencias precisamente porque no hay camas suficientes en las plantas para trasladar a los enfermos. Eso ha ocurrido en Bellvitge y en Vall d'Hebron, dos gigantes de la sanidad pública catalana.
Problemas enquistados
Algunos profesionales de la sanidad señalan, asimismo, que los problemas en urgencias no son solo coyunturales, es decir, derivados de los cierres de plantas en periodo estival, sino que están enquistados por la falta de recursos.
El motín de Bellvitge, con sus resonancias de país tercermundista, nos recuerda que la sanidad pública de calidad debe defenderse cada día, como un logro irrenunciable.
- La FGE sustituye a la fiscal de Madrid por el fiscal superior de Extremadura en la querella de la pareja de Ayuso contra dos fiscales en su caso de fraude
- Este domingo puedes visitar el bosque del Prat que solo abre 10 veces al año
- Muere Carola Miró, la esposa del expresidente de la Generalitat Quim Torra
- 30 frases e imágenes para felicitar el Día de la Madre 2023
- Adiós a los párpados caídos con este sencillo truco a base de aceite de oliva
- Un muerto en un tiroteo al lado de la parada de metro de Maresme-Fòrum de Barcelona
- Encuesta elecciones Catalunya: El PSC roza la victoria y Junts refuerza su ventaja sobre ERC
- Aviso amarillo por lluvias y tormentas en ocho comarcas de Catalunya este lunes