ideas

¡Emitan 'Banshee'!

RAMÓN DE ESPAÑA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El jueves pasado, mientras me tragaba estoicamente en Tele 5 el episodio piloto de Intelligence, no podía dejar de preguntarme: «¿Pero por qué habrán comprado esta birria con la de series magníficas que hay por ahí?». Tenía aún frescos los diez episodios de Banshee, estupendo producto de HBO por el que nadie parece sentir aquí el más mínimo interés, y la comparación era sangrante. Así pues, como no tengo a nadie con quien comentarla, les voy a dar la brasa a ustedes, que tienen una paciencia digna del santo Job.

Banshee se encuadra en eso que los americanos describen ahora como neo noir. Es decir, que nos mantenemos en los temas y los ambientes turbios de toda la vida -en este caso, un hombre que se ha tirado 15 años en el trullo se presenta en Banshee, Pensilvania, para ver qué ha sido de la novia que lo dejó tirado y de los diamantes que robaron al alimón-, pero añadimos unos giros originales o excéntricos que confieren una vida nueva al género.

En Banshee la principal novedad proviene de uno de los dos villanos oficiales, Kai Proctor, un escapado de la comunidad amish local que se ha convertido en el dueño del pueblo (el otro es un mafioso ruso de manual). Le da vida el siniestro actor danés Ulrich Thomsen, cuya mera apariencia da miedo, aunque acabe estableciendo una extraña camaradería con el protagonista, quien por motivos demasiado largos de explicar ejerce de jefe de la policía local tras interceptar por el camino a quien se disponía a ocupar el cargo.

Con una acción constante y trepidante, unos secundarios de traca -tabernero negro ex boxeador, genio de la informática gay, oriental y extremadamente violento-, un humor asaz retorcido y la firme convicción de que la verosimilitud está sobrevalorada, Banshee es una propuesta tan estimulante como contundente. Sobre todo, si te tragas un episodio detrás de otro. ¡Cómo la echaba de menos mientras no daba crédito a la vulgaridad, el aburrimiento y el futurismo de estar por casa de Intelligence! Y por cierto, hace falta valor para ponerle ese título a una serie tan tonta.