Una historia en femenino

"En todos los ámbitos profesionales, y a pesar de las cuotas políticas, las mujeres continúan padeciendo discriminación"

La sombra de un taxista se refleja sobre su vehículo, en cuya puerta figura el identificador del turno T2, el pasado sábado.

La sombra de un taxista se refleja sobre su vehículo, en cuya puerta figura el identificador del turno T2, el pasado sábado.

VERÓNICA FUMANAL

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Estamos de celebración, es el 80º aniversario del sufragio femenino, un hecho que nos recuerda que la equidad entre hombres y mujeres es un camino de largo recorrido que todavía transitamos.

Este miércoles por la noche, en la entrega de los premios Ondas, dos pioneras fueron galardonadas. Julia Otero, por su trayectoria profesional, y María Escario, como mejor presentadora. Ambas recordaron sus inicios en la profesión, lo duro que fue romper esquemas, tabús, en definitiva, hacer de buque rompehielos en un mar que hace tan solo 40 años estaba absolutamente helado.

En todos los ámbitos profesionales, y a pesar de las cuotas también en la política, las mujeres continúan padeciendo discriminación, en ciertas ocasiones tan sutil como la presión sobre el 'look' en cuestión, si la medida de los tacones es muy alto o muy bajo o esa necesidad de tener que demostrar que te mereces el lugar que tienes en tu empresa/partido.

Tras los premios Ondas, cogimos un taxi, y tras ver recoger a Otero y Escario su merecido premio, la taxista nos devolvió a la cruda realidad. Nos relató que era habitual que hombres la reprendieran con expresiones como “mujer tenías que ser”. Este artículo es para todas las mujeres que día a día con su capacidad, esfuerzo y trabajo desmontan sin despeinarse cientos de años de un relato de la historia en masculino.