La verdad subjetiva

Hace apenas un día que vine de vacaciones, vengo de un lugar digno para la desconexión, para la relajación y para no hacer nada. Prueba de ello era la poca cobertura que había, y la menor conexión de internet, pero no, no os preocupéis que no te olvidas del drama, no te olvidas ni deRajoy ni deBárcenas.

No me he olvidado, y menos después de ser conocedor de los mensajes de texto que se enviaron ambos hace apenas 3 meses. Aprovechas, incluso, momentos de esa desconexión para reflexionar y buscar razones sobre el tema. Pero por mucho que mi cabeza busca una razón, una salida a la gran incertidumbre que me provoca todo este tema, por mucho que intento comprender un sólo punto de este amargo tema, no consigo concebir qué llevó a Rajoy a estar tanto por un delincuente, a ofrecerle tanto cuidado, y tanto mimo. Quizás quiera agradecerle todo lo que un día le dio, o quizás quiera acallarle de todo lo que sabe. Siempre he pensado que si Bárcenas habla cae elGobierno entero. Ojalá fuese una realidad próxima.

Y lo peor, es que nadie habla, ni dicen la verdad, planteémonos si la verdad fuese vapor, que huye cuando bufas, o cuando le da la gana. Pero Rajoy sigue sin comparecer, y la moción de censura está al volver.

Quizás Mariano Rajoy piense que no existe gravedad alguna en la complicidad con undelincuente, que durante años repartió miles de euros ilegalmente a los dirigentes de unpartido que se financió ilícitamente. Pues sí, existe tal gravedad e indecencia. No sólo por ser un alto cargo, el más alto cargo ejecutivo delEstado, sino por haber sido elegido democráticamente. Qué daño a la democracia, unademocracia cada vez más sufrida por unos dirigentes incapaces y desleales con los ciudadanos.

Se creen los reyes del sistema, no son capaces de respetar a la verdad, la que los ciudadanos saben, la de lo incapacitados intelectual y moralmente que están los cargos que muchos votaron sin saber a quién lo daban, porque sí, los ciudadanos somos o deberíamos ser los jefes de los políticos. Podríamos hacer que aquellos que no crean en la verdad, nuestra verdad, sean obligados a dejar sus cargos, y dejar de chupar del bote y calentar los aterciopelados sillones de grandes despachos con más cargamento de minibar que de papeles.

La verdad se clarificará tarde o pronto, todos sabremos si los que ahora nos 'gobiernan', alguna vez cobraron un sobre con dinero negro, y se sabrá si Mariano Rajoy fue cómplice de todo ello. Lo sabremos, y no será la verdad de Rajoy, será la verdad objetiva, la que dictamine un juez.

Por ello debemos luchar, debemos hacerles caer, ellos no son los verdaderos sufrideros de la crisis, ni son los políticos que están al lado de los ciudadanos, por todo ello, hagámosles caer, que sufran como todos lo estamos haciendo. Que vivan en sus carnes la verdadera verdad, la de los ciudadanos, la de los desafortunados.

@adria_gallardo/ adriagallardo.net