Voy a disfrutar

Les confesaré que conforme se acerca el inicio de losMundiales de natación siento un cosquilleo cada día más perceptible en el estómago.

Pensaba que no me sucedería al vivirlo desde fuera. Ya saben. Fuera del equipo de sincro al que dediqué 15 años de mi vida. Cuando el presidente de la federación,Fernando Carpena, me echó por un motivo que aún no ha quedado claro, pensé: "Ja s'ho faran".

Pero no me voy a engañar. Amo a este deporte. Quiero disfrutar de un Mundial en casa. Con la gente que me quiere. Con los amigos de toda la vida. Es una oportunidad única que ya tuve la suerte de disfrutar en el 2003. Y fue una de las mejores experiencias de mi vida. Y, desde otro prisma, voy a volver a vivirla ahora.

Me había imaginado disfrutar de este Mundial al pie de la piscina. Creo que me lo había ganado desde mi trabajo (y perdonen la falta de modestia).

Quería disfrutarlo desde esa bendita locura que es formar parte de un equipo y tener la complicidad de las personas con las que has andado un largo camino recorrido con mucha entrega, alguna frustración y, sobre todo, pasión. Desde la adrenalina que solo dispara la competición, cuando ves el fruto de muchos meses de desvelos y compruebas que todo sale tal y como lo habías soñado.

No será así, pero créanme que lo voy a saborear como el que más. Mi implicación con el campeonato ha ido creciendo. Primero, con las nadadoras del CN Kallipolis, mi club de toda la vida, mi segundo hogar, preparando al equipo para una parte de la ceremonia de inauguración que, yo de ustedes, no me perdería.

Será un espectáculo inolvidable, de raíces mediterráneas, del que se sentirán orgullosos. Después con la oportunidad de que mi nuevo equipo (las júniors del Kallipolis) naden de 'pre-swimmers'--teloneras de la competición-- en la mayoría de las pruebas. Por cierto, la competición de eliminatoria del equipo libre promete ser espectacular: de nuevo la innovación al servicio del deporte, esta vez de la mano de Cazcarra, empresa líder en maquillaje a través de su marca Ten Image.

Y finalmente, disfrutaré con la propuesta de TV-3 de comentar la competición de sincronizada y acercarles un poco esa magia que me hizo enamorar de este deporte. También como articulista de EL PERIÓDICO, con quien colaboraré. A fin de cuentas, mi objetivo ha sido siempre hacer llegar la sincro a cuanta más gente, mejor. En los dos casos, la ilusión que me hace transmitirles lo que siento por la sincro es paralela a una enorme responsabilidad por no decepcionarles.

Y, cómo no, será (para mí) una nueva experiencia ver cómo compiten las componentes de un equipo que ha sido como parte de mi familia durante todos estos años. Chicas que eran adolescentes cuando llegaron a la selección y que han ido creciendo personal y deportivamente a mi lado. Juntas llegamos a superar todas las barreras, para darle una nueva dimensión a la palabra sacrificio. Este campeonato supone el principio de una nueva etapa y les deseo lo mejor. Porque, a pesar de todo lo sucedido, el equipo y el deporte deben estar por encima de las individualidades y, llegado a este punto, se trata de construir. Solo echaré de menos a Andrea Fuentes, nuestra líder hace apenas un año; ella también verá a competición desde fuera del agua.

Sé toda la ilusión, el esfuerzo y las horas que han puesto los responsables deBarcelona 2013 para que esta cita sea un éxito. A muchos de ellos, por no decir a la mayoría, los conozco personalmente, porque son muchos años coincidiendo en torneos y campeonatos y existe un grado de complicidad alta.

Sé la dedicación, la pasión y las ganas que han puesto los deportistas por convertir este campeonato en una cita inolvidable. Conozco el reto que se marcan las chicas de la sincro, las 'guerreras' de Miki Oca en el waterpolo, los chicos deRafa Aguilar, y también Mireia Belmonte, Aschwin Wildeboer, Erika Villaécija yRafa Muñoz,por citar solo los nombres que ustedes más conocen.

Como diría un famoso entrenador de fútbol: abróchense los cinturones porque la élite del deporte en el agua va a intentar dar lo mejor que tiene en los próximos 15 días en Barcelona. Y ese es un regalo que merece la pena disfrutar.