La política de defensa

Una visión crítica de la ESN

La Estrategia de Seguridad Nacional prima la defensa del territorio y la identidad y relega al individuo

Una visión crítica de la ESN_MEDIA_1

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RAFA MARTÍNEZ

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La Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) del Gobierno deRajoyafirma ser una revisión de la Estrategia Española de Seguridad (EES) del Gobierno deZapatero; lo cual es satisfactorio puesto que los temas de seguridad quieren ser tratados como una política de Estado y no como una política electoralista. Bienvenido sea el nuevo rumbo. La ESN no es que sea continuista, es un resumen con gráficos, fotos y una maquetación más ágil de la EES; pero con un contenido de calidad inferior, pues se ha perdido mucha explicación y matiz y, por tanto, riqueza, y lo que es peor, abandonando la seguridad humana como hilo vertebrador. Es decir, es cierto que se comparten la visión integral de la seguridad, el multilateralismo, la necesidad de eficiencia, de coherencia entre objetivos y medios, las amenazas y la necesidad de una estructura estable que permita unidad de acción. Lo cual es satisfactorio. Sin embargo, saltando el trazo grueso y entrando en los matices hay diferencias reseñables por lo que significan.

La primera ya surge con el título, porque, junto con otros elementos, implica un abandono de la seguridad humana; aquella que ubica al individuo y no al territorio como eje vertebrador. Es verdad que, salvo la estrategia finlandesa, que, como la que redactóSolanaparaZapatero, se refiere a la seguridad a secas, todas las demás lo hacen a la seguridad nacional. La lástima es que este último es un concepto arraigadamente militar y centrado en la defensa del territorio y la identidad colectiva, y en cambio las estrategias estatales hoy hablan también de economía, de sanidad, de medioambiente, etcétera. Esa seguridad que va más allá de los territorios estaba, además, muy presente en la EES mediante los potenciadores del riesgo (pobreza, desigualdad, cambio climático, ideologías radicales, etcétera), que sin ser una amenaza pueden ayudar a propagar amenazas e incrementar las vulnerabilidades. La EES creía que actuar sobre esos potenciadores eliminaba amenazas y era, por tanto, una inversión en seguridad. Hoy la ESN los cita -también el cambio climático, pese a lo que le dijo al presidente su primo-, pero les ha rebajado importancia. No en vano la EES afirmaba que la construcción de la paz era su eje básico, y hoy la ESN no podría afirmar eso. Finalmente, en la ESN ha desaparecido cualquier mención a la Alianza de Civilizaciones, aunque de eso creo que podemos alegrarnos.

La ESN presenta algunas novedades respecto de su predecesora. La más sorprendente, pues rompe con las dinámicas de las directivas de defensa de los Gobiernos deAznar, es que al describir los intereses estratégicos de España en el mundo sitúa a la UE antes que EEUU; pero es que incluso se ubica al Mediterráneo y a América Latina también por delante. La EES, quizá purgando la patochada presidencial de no levantarse al paso de una bandera aliada en un desfile militar, ubicó en segundo lugar al líder de la OTAN. También es novedosa la posición que reciben las ciberamenazas, desglosadas en dos, pues la EES incluía la actuación de servicios de inteligencia foráneos haciendo espionaje económico e industrial por esta vía y la ESN ubica la contrainteligencia en el primer nivel. Ese espionaje supone miles de millones de pérdidas para las empresas españolas, y no están las arcas para dispendios. Parece lógica la prevención.

Se ha repetido hasta el aburrimiento que la ESN plantea tres nuevas amenazas respecto de la EES. Quien lo diga demuestra no haber leído ambas. El Gobierno deZapaterodistinguió entre amenazas y riesgos, enumeró los ámbitos que pueden padecerlos y aludió a las estructuras, suministros y servicios críticos como lugares de altísimo valor estratégico en los que podían confluir varias amenazas. La ESN ha tomado este último aspecto, un ámbito -el marítimo- y el espionaje (económico-cibernético) y los ha elevado de rango. No hay más novedad. La auténtica novedad, y sin duda lo más destacable de la ESN, es que se acompaña de un decreto de creación del Consejo de Seguridad Nacional (me gustaba más Consejo Español de Seguridad, y me duele que haya desaparecido de la actual ley el Foro Social). Ahora no solo hay una idea, hay además un ámbito donde articularla. Por fin.

Por último, hay alguna imprecisión. Así, se identifica amenaza y riesgo, cuando una es la circunstancia o agente que genera el peligro y el otro marca la probabilidad de que aquella se dé. Se insiste en laconcienciade defensa. No acierto a ver en el diccionario una sola acepción que me convenza. En cambio, creo que concultura(conjunto de conocimientos que permiten a alguien desarrollar su juicio crítico) es clarísimo. Pero sin duda lo mejor es que la EES nos calificaba como lo que somos, una potencia media. En cambio, la actual nos califica de Estado de primer orden. Disculpen que sonría.