Dos miradas

Cirugía

Los lectores han sugerido el inicio de un cuento y los dos escritores han elegido y completado sendos textos.

JOSEP MARIA FONALLERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

David Arnau.

Mientras limpiaba el cuchillo bajo el grifo, Pol intentaba recordar la última vez que había sido feliz.

Berta, seguro que se trataba deBerta, aunque podía haber sido su madre, pero lo descartó enseguida porque la madre, es cierto, no era tan puntillosa con los cuchillos como lo son las chicas que usan todos esos utensilios de la marca Bodum en la cocina,Berta, pues, y no su madre, fue quien le dijo, un día, que los cuchillos de un cierto nivel, los alemanes, por ejemplo, no se pueden poner en el lavavajillas porque, poco a poco, la hoja se estropea. Desde aquel día, pues, Pol decidió lavar los cuchillos alemanes, y más aún los japoneses, que dicen que son mejores y de los que también compraron uno, decidió lavarlos a mano, pues, y luego secarlos con un paño de cocina limpio, no dejarlos sobre el mármol, sino secarlos con la misma suavidad con que mimarías a un bebé. La operación era tan peligrosa que impedía pensar en nada que no fuera el cuchillo y en los cortes (un relámpago) que el cuchillo procuraba. Y fue entonces, empujado por la inminencia de la hoja, cuando se vio inmerso en el recuerdo de los momentos en que, en la mano deBerta, el cuchillo era un violín. Y abandonó (también un relámpago) los instantes felices, aquellos otros momentos de precisión, obsesionado en la limpieza, la pulcra cirugía de la nada.