La formación del nuevo Govern

El medioambiente precisa una 'conselleria'

La posible supresión del departamento por parte de CiU significaría un regreso al pasado

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NARCÍS PRAT

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Una de las conselleries que, según se rumorea, va a desaparecer en el nuevo Govern es la de Medi Ambient. Parece ser que sus competencias van a ser divididas entre Agricultura, Indústria y Obres Públiques. Este hecho se podría interpretar como un paso adelante si la anulación implicase un avance hacia la sostenibilidad ambiental de las otras conselleries, por ejemplo pensando en el mundo rural no solo como una industria agroalimentaria, o una industria que no utilizase el medioambiente como excusa o que la política territorial integrase todas las políticas sectoriales (agua, energía, transporte, etcétera) en un verdadero desarrollo sostenible.

Las políticas de sostenibilidad (ambiental, económica y social) necesitan de la cooperación entre todos los actores y de la coordinación entre todas las conselleries. Entre estos actores se encuentran numerosos grupos de presión (desde los ecologistas a las empresas), cada cual con sus propios intereses. Algunos de los actores (que se autocalifican de sociedad civil) han arremetido contra las políticas ambientales desarrolladas por el tripartito. Así, los 80 km/hora, la ley de pesca o el plan de gestión del agua de Catalunya parece que ya están en la lista de difuntos para este próximo periodo. No parece, pues, que la sostenibilidad vaya a ser la base de la reordenación de las conselleries del próximo Govern, sino más bien lo contrario.

El medioambiente es un campo propicio para la interdisciplinariedad y la innovación, algo que todo el mundo pregona como importante pero que parece que va a sucumbir ante los intereses particulares de algunos. La integración de todas las políticas sectoriales en una política de sostenibilidad es lo que esperaríamos de un Govern que mire al futuro y no al pasado, y eliminar la Conselleria de Medi Ambient no parece ir en la dirección adecuada. ¿Por qué no desaparece la Conselleria d'Agricultura? Los privilegios profesionales también cuentan, y los que se dedican a los temas ambientales parece que son profesionales de segunda frente a otras profesiones más consolidadas y que tienen grupos de presión con más influencia.

También es importante saber qué personas o equipos formarían la Conselleria de Medi Ambient si es que no desaparece. Una conselleria liderada por un Vilalta (primer conseller con CiU) o un Milà (primero del tripartito) tendría sentido, pues la ilusión, la ambición y las ganas de cambiar las cosas fueron su norte. Las lideradas por otros consellers fueron, como mucho, continuistas con la acción de aquellos, cuando no freno de su progresión, freno que además muchas otras conselleries (como Agricultura, Indústria u Obres Públiques) se encargaron de activar en todos estos años. Muchas de las leyes ambientales aprobadas en todas estas legislaturas han sido gravemente mutiladas no por la oposición sino por otras conselleries que veían alterada su parcela de poder. Los intereses sectoriales se han impuesto casi siempre a la colaboración entre conselleries.

La intención del futuro Govern de Catalunya, si se confirma esta desaparición, es un regreso al pasado anunciado claramente en el programa electoral de CiU y en las múltiples declaraciones de sus líderes en la pasada contienda electoral. No parece que vayamos a tener en el próximo Ejecutivo de la Generalitat una Conselleria de Desenvolupament Sostenible sino una de Economia i Finances y otra de Obres Públiques que más bien competirán por rebajar los requerimientos ambientales de los diferentes programas, que no cooperarán para seguir la senda del desarrollo sostenible. Transformar la agricultura en una oportunidad para equilibrar el territorio no parece ser el objetivo de CiU, sino más bien favorecer a la agroindustria con las mínimas cortapisas ambientales posibles, y si puede ser sin ceder ni una hectárea a los pajaritos.

A quienes pensamos que dar la espalda a la naturaleza es hoy en día sembrar de oscuridad el futuro de nuestro país nos tocará volver a cargarnos de razones para intentar enderezar el rumbo de la política ambiental. Los compromisos que tiene Catalunya con el mundo (por ejemplo, reducir sus emisiones de CO2), con Europa (por ejemplo, reservar las hectáreas necesarias para las aves esteparias) o consigo misma (tener agua saludable y al mismo tiempo que los ríos estén en buen estado) no pueden abordarse regresando al pasado y escuchando solo a unos grupos de presión. Los ciudadanos somos también sociedad civil y muchos de los que han dado su voto a CiU probablemente no estarán muy contentos si las políticas de futuro en Catalunya dan la espalda al desarrollo sostenible. Tengamos o no Conselleria de Medi Ambient cuando en los próximos días se perfile el Govern de Catalunya, esperemos que los criterios de sostenibilidad ambiental, económica y social guíen su trayectoria, tal como demanda la sociedad del siglo XXI. Catedrático de Ecología de la UB.