El conflicto palestino-israeIí

Oriente Próximo: ¿un plan inédito?

¿Por qué va a ser creíble la negociación actual si todas las anteriores terminaron en un fracaso?

Oriente Próximo: ¿un plan inédito?_MEDIA_1

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PERE VILANOVA

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Septiembre terminó y, como era previsible, el primer ministro israelí,Binyamin Netanyahu, no ha prolongado la moratoria de la construcción de nuevos asentamientos judíos en los territorios ocupados de Cisjordania. Daba la impresión, desde días antes, de que no habría tal prórroga. A estas alturas, todo el mundo medianamente informado sabe -o debería saber- que en este tipo de situaciones las partes juegan a una especie de juego de rol: entre lo que dicen, lo que hacen y lo que piensan muchas veces media un verdadero triángulo de las Bermudas.

Algunos expertos debatían las posibilidades de que se cumpliera el compromiso que habían adquirido israelís y palestinos: en un año, un Estado palestino. Lo más raro es que hablaban de ello no solo como si fuera una posibilidad verosímil, sino como si fuera una novedad. Nada más lejos de la realidad, y, para ello, para navegar las aguas que van de lo que las partes dicen a lo que las partes piensan, quizá sea útil remitirse a los hechos. Resumidamente, el inventario es concluyente.

En septiembre del 2000 (¡un año antes del 11-S!) pudimos asistir desolados al colapso total del proceso de paz de Washington, iniciado en septiembre de 1993, conocido también como Acuerdos de Oslo. No hubo nunca antes, ni ha habido desde entonces, ningún otro intento de negociación comparable en credibilidad.EhudBarak, Netanyahu, Mahmud Abbásy los demás lo saben, estaban ya a cargo del asunto. El fracaso de septiembre del 2000 fue el de Camp David, el deClintony el del vano intento del plan de Taba (enero del 2001), y el estallido de la segunda Intifada marcó una ruptura de toda lógica negociadora por mucho tiempo.

Pero, por propuestas, las que ustedes quieran. Por un lado, el llamado plan de paz saudí, del 2002, conocido como iniciativa de paz de la Liga Árabe, que proponía cosas lógicas, pero fuera de todo contexto temporal creíble: nada menos que el regreso de Israel a las fronteras de 1967, el retorno de los refugiados palestinos a sus lugares de origen, el pleno reconocimiento mutuo entre Israel y los estados árabes, y la declaración del fin del conflicto. Impecable, pero desconectado de la realidad del 2002: no solo de la cruda realidad de lo que fue la segunda Intifada, sino también de la lógica anterior de negociación escalonada, por partes, y sobre todo bilateral, de los Acuerdos de Oslo. Que, por cierto, ya preveían la creación de un Estado palestino en la etapa del llamadoestatus final a negociar junto con los temas de Jerusalén, los refugiados, el agua, las fronteras definitivas y, cómo no, los asentamientos.

Ah, pero no nos olvidemos de otros grandeshitos:¿alguien se acuerda del Road Map, la famosa Hoja de Ruta? Y, sobre todo, del famoso Cuarteto? (y no era del de Alejandría deDurrell).En el 2002,George W. Bush presentó una supuesta Hoja de Ruta según la cual, en tres etapas, se resolvería el conflicto para el 2005. Primera etapa (y por este orden), para el 2003, los palestinos pondrían fin a la violencia contra Israel (pero no a la inversa), harían reformas institucionales (se crearía la figura del primer ministro, junto al presidente de la Autoridad Nacional Palestina), habría elecciones palestinas presidenciales y parlamentarias, e Israel congelaría sus asentamientos. Segunda etapa, para enero del 2004, una conferencia internacional de donantes ayudaría a reconstruir la economía palestina, y se exploraría la definición de las fronteras provisionales de un Estado palestino. Tercera etapa, para el 2005, una segunda conferencia internacional definiría el estatus final y permanente (entre las partes), el caso de Jerusalén, los refugiados y los asentamientos. Pera el 12 de mayo del 2003, el primer ministroAriel Sharonya declaró oficialmente que congelar los asentamientos era «imposible».

Para elaborar tan innovador plan, se creó no solo el Cuarteto (EEUU, Rusia, la ONU y la UE), sino que se nombró un enviado especial para ponerlo en marcha. Del primero (nombrado en el 2005), nadie recuerda su nombre; del segundo, sí:Tony Blair,que aceptó el mismo día de su dimisión como primer ministro en el 2007. Hagan balance.

Quedan dos eventos, el plan de paz de Ginebra del 2004, elaborado por excelentes personas (marginadas de la escena política para entonces) comoSari NuseibehyYossi Beilin, sobre la herencia de Camp David y de Taba, y sobre todo la conferencia de Anápolis de noviembre del 2007. En dicha conferencia, conBush, Ehud Olmert y Abbás, el compromiso fue que en un año «se llegaría a la proclamación de un Estado palestino». Para completar el cuadro, en el 2005 y el 2006 hubo elecciones democráticas en Palestina, cuyos resultados no gustaron a quien las puso como condición previa a todo lo demás. Hubo una ruptura intrapalestina, Hamas se quedó con Gaza y la ANP con Cisjordania. Hubo más y más asentamientos.

Y ¿esta vez la negociación sería creíble? ¿Por qué? Catedrático de Ciencia Política (UB).