Yo qué sé...

¿A quién votaría el Papa?

XAVIER SARDÀ

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Viene el Pedro Augusto Pontífice Augusto (PAPA) a Barcelona. Viene por lo de la Sagrada Família. Para consagrar el templo, digo. Me parece bien porque la presencia del vicario de Cristo en la Tierra garantiza vía esotérica que la tuneladora no se cargará una atracción turística tan importante.

La Sagrada Família me parece estéticamente discutible y preferiría que consagrase el edificio Agbar, pero sobre gustos... Ahora bien, la pregunta que me sugiere la presencia del único jefe de Estado no democrático de Europa occidental es: ¿a quién votaría en las elecciones autonómicas catalanas? Ya sé que sus embajadores en nuestros confesionarios invitan al voto decoroso anclado en la derecha tradicional, pero dejémonos llevar por la imaginación.

El que tiene más números es Duran Lleida por lo de democristiano. Pero el Papa bien pudiera considerar que la ambición (menos la suya en Roma) es perniciosa y que el deseo de Duran de ser ministro algún día podría rozar el orgullo desmedido. Ya se sabe que solo un hilo de pescar separa el orgullo del pecado. Para más inri (con perdón), Duran es un coqueto.

Esquerra Republicana queda fuera por la broma de Carod en Jerusalén con la corona de espinas. Puigcercós podría argumentar que lo ha echado, pero el Papa, aunque se lo haga, no es tonto. Un pecado concierne al pecador y a los que le ríen las gracias. Además, Carod contemporiza con el Estado de Israel y esto constituye un anatema sin remisión posible.

Tiene más posibilidades Laporta por haber sido presidente del Barça. Seis copas en un año. Se trata sin duda del equipo elegido por Dios la temporada pasada. Pero, ¡ay!, tiene en contra lo de la declaración unilateral de independencia: al Papa la independencia no le gusta demasiado porque le recuerda lo de Aviñón y el Gran Cisma Occidental. Además, las malas lenguas dicen que Laporta ha sido muy promiscuo desde que proclamó su independencia matrimonial.

El PP le parecería bien, pero considera que el exceso de bótox y/o silicona es una perversidad porque pretende alterar el físico que se nos ha dado a imagen y semejanza del sumo hacedor. A pesar de todo, espera que el PP recurra la ley de las bodas gais, la ley del aborto y, de paso ya, que Rajoy deje de fumar.

La cosa queda, pues, entre Mas y Montilla. Mas está con Duran, que ya arde en la hoguera, y esto le deja en mal lugar... Queda Montilla, que tiene nombre de papa. El papa Montilla le parece al otro adecuado en el tono y sin flaquezas. No asoma en su discurso desliz ni transgresión, lo que le eleva a casi presbítero del socialismo moderado. Un punto a su favor es su discutido catalán, ya que tampoco es fluido el italiano del gran germano. Pero no le votaría por ser tan de extrarradio, que ya se sabe cómo salen de rojos los curas del cinturón.

Quizá el Papa votaría en blanco y de blanco, color de la pureza. Yo qué sé...