La epopeya de 'los 33'

La historia del yacimiento San Esteban en la mina de San José, en la localidad chilena de Copiapó, podría haber pasado a engrosar la larga lista de desgracias mineras con un resultado trágico. Sin embargo, la epopeya delos 33, los mineros sepultados en pleno desierto de Atacama, tiene visos de convertirse en un auténtico homenaje a la voluntad humana de supervivencia. Después del derrumbe y de la imposibilidad inmediata de rescate, su localización con vida en el refugio donde resistieron (y siguen resistiendo) en condiciones harto precarias fue un grito de esperanza no solo para ellos y sus familias sino para toda Chile, que sigue con el alma en vilo la evolución diaria de esta aventura heroica.

Tendrán que plantearse tarde o temprano preguntas cuyas respuestas afectarán a la credibilidad de la empresa minera -ayer, el presidente Piñera endureció las medidas de seguridad en las instalaciones de las compañías del sector-, pero hoy se impone este canto ilusionado por la capacidad de resiliencia, es decir, por el empuje que nace de lo más hondo para recuperarse y hacer frente a las dificultades. Y también debemos alabar la solidaridad que, desde el exterior, se introduce en las tuberías al mismo tiempo que se hacen llegar a los mineros agua, alimentos y cartas de cariño y emoción.

La crisis se ha convertido en oportunidad, en metáfora, para todo el pueblo de Chile y para todos quienes creen en un resquicio para la esperanza. Esperemos poder celebrar, después de los días difíciles que vendrán, un final feliz, triunfo de la perseverancia y el anhelo por vivir.