la opinión del lector

Carta destacada del día: 'La prohibición contiene más folclore que defensa del toro'

EL PERIÓDICO publica opiniones, réplicas y sugerencias de interés general, respetuosas hacia las personas e instituciones. No se considerarán las cartas de más de 15 líneas, que podrán ser extractadas. Aun así, resulta imposible publicarlas todas. Tampoco se mantendrá correspondencia o contacto telefónico sobre ellas. Deben constar: nombre y apellidos, DNI, domicilio y teléfono.

María Jerez Torrijos. Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una sociedad mayoritariamente plural, respetuosa y abierta de mente como es la catalana ¿la sociedad en la que he nacido y en la que vivo¿ se ha dejado ensombrecer por una parte de ella que es oscura, está disfrazada de ecologista y se proclama amiga de los animales, pero es hipócrita donde las haya. La hipocresía viene cuando lo que no se ve no se critica; los toros, como se ven, se critican. Y los ciudadanos a quienes los toros ni les van ni les vienen han caído finalmente en la posición menos complicada, en dejarse llevar al creer que la fiesta de los toros se ha de prohibir por el hecho de que se hace daño a los animales. En realidad, el debate, la votación y la prohibición final se deben a una cuestión retrógrada, que tiene mucho que ver con las connotaciones folclóricas, políticas y españolistas que despierta el clásico ritual taurino.

Como absolutamente catalana y taurina que soy, solo me queda esperar que esta prohibición sirva para denunciar muchas más prácticas que sí deberían avergonzarnos, y que no se dejan ver. Es una pena que los taurinos en Catalunya no lo hayamos hecho tan bien como los antitaurinos: no nos hemos movilizado lo suficiente, no hemos gritado lo que debíamos y no nos hemos dejado ver tanto, pero no por ello somos menos. El problema es que estábamos seguros de que no íbamos a perder la libertad de decidir si el domingo por la tarde íbamos a ir a la plaza Monumental a ver toros. Pues esa libertad ya la hemos perdido.