La rueda

Una 'pell de brau' muy actual

XAVIER BOSCH

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Ayer TV-3 emitióAdéu, Espanya?, el interesante documental deDolors Genovèsque arranca del célebre verso deJoan Maragall,ahora que se conmemora el 150 aniversario de su nacimiento. Las críticas preventivas del Partido Popular y de Ciutadans dicen mucho de su talante. Antes de verlo, por si acaso, están en contra, no fuera el caso que diésemos ideas independentistas. También estos días, paseando por las librerías, encontré una joya que no pude resistirme a comprar. Columna Edicions ha tenido el acierto de publicar de nuevo, justo 50 años después,La pell de brau,deSalvador Espriu.La relectura subraya su absoluta vigencia. No lo había leído desde la época escolar, en la que, a pesar de la pericia del profesor, siempre se te escapan intenciones y matices. Al adolescente le queda apenas la anécdota de que una piel de toro, abierta, se parece mucho al mapa de la península Ibérica. Ahora, en esta edición, están las claves para ayudarte a interpretar el poema deEspriu.Vale mucho la pena leer la lectura crítica de la obra que realizan, entre otros,Juan-José López Burniol, Francesc-Marc Àlvaro, Pilar RaholaoManel Cuyàs, cuatropatumsde nuestra opinión publicada que admiro por docenas de motivos diferentes.

Pero en algunos versos no hacen falta ni interpretaciones de lo que se escribió hace medio siglo:«Fes que siguin segurs els ponts de diàleg/ i mira de comprendre i estimar/ les raons i parles dels teus fills». ElAdéu Espanyade la oda deMaragally más aúnLa pell de brau, escrita en la plena noche del franquismo, tenían razón de ser. Y la tienen todavía. Dos de los poetas más decisivos de nuestra literatura han tratado, hace ya muchas décadas, el diálogo de sordos entre Catalunya y España. Y estamos en lo mismo. Intentando resolver, a golpes de politiquilla, una cuestión cultural. Con la paradoja de que la distancia, en democracia, todavía va haciéndose mayor, mucho mayor. Y aquella «esperanza» que manteníaSalvador Espriubasada en el deseo de entenderse ha ido desvaneciéndose. A falta de remedio, pues, quizá solo hay una salida.