El legado de Dylan

Fue el portavoz de una generación que creyó que podía cambiar el mundo y en parte lo consiguió. Bob Dylan, reconocido este año con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, sigue siendo hoy, a sus 66 años, un ejemplo de compromiso con la tradición musical americana y un incansable trovador que ha encontrado en los laberintos de la poesía una forma propia de denunciar problemas sociales de forma brillante y nada tópica. De hecho, Dylan no estuvo el viernes en Oviedo en la ceremonia de entrega de los premios porque estaba dando un concierto en Omaha (Nebraska), dentro de esa gira interminable que le ha llevado a los más insólitos escenarios de todo el mundo.

Artista con una vastísima obra a sus espaldas, ha sido desde los años 60 del pasado siglo una referencia para movimientos folk, contraculturales, pacifistas, pro derechos civiles, etcétera. Por eso el jurado de los Príncipe de Asturias subrayó que es "un mito viviente de la música popular, que ha determinado la educación sentimental de millones de personas".

La colección de discos y libros que este fin de semana ha empezado a poner en el quiosco EL PERIÓDICO es un intento de revisar de forma exhaustiva la carrera discográfica y literaria de Dylan. Tanto las generaciones más jóvenes como quienes escucharon hace décadas obras maestras comoHighway 61 revisited(1965) oBlonde on blonde (1966) en discos de vinilo tienen ahora la oportunidad de recuperar la música y los textos y acceder a una interpretación del entorno social de cuando fueron escritos. Lejos de otros dinosaurios del rock, la música de Dylan conserva una sorprendente y emocionante frescura.