CAMBIO DE RUMBO

El Liceu potenciará la lírica y las creaciones modernas

MARTA CERVERA
BARCELONA

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Joan Francesc Marco (L'Hospitalet, 1951) apostará por la continuidad como nuevo director general del Gran Teatre del Liceu, una entidad pública desde 1999 que tiene unos 23.000 abonados y 57 millones de euros de presupuesto. "Intentaré potenciar el equipo humano, todos los directivos y los que no lo son, para que sean capaces de gestionar toda su creatividad y experiencia", declaró Marco en una entrevista con EL PERIÓDICO en su nuevo despacho, con privilegiadas vistas a la Rambla. Potenciar la lírica y las creaciones modernas es uno de sus objetivos principales.

Rosa Cullell, la anterior directora, dejó las cuentas saneadas. "Los costes del Liceu no se pueden reducir. Si ponemos en una balanza los recursos del teatro y en otra lo que se hace con ello, el resultado es impresionante. Hay mucha actividad, eficacia y eficiencia en este teatro. Pero la gestión es compleja y ha de estar marcada por el rigor. Más que reducir, controlaré el gasto".

Las directrices de Marco no variarán sustancialmente de las de Cullell aunque incidirá más en la parte artística con un pequeño consejo asesor, que complementará el trabajo de Joan Matabosch, director artístico desde hace 12 años. "Toda la gente que trabaja en esta casa forma un equipo de nivel, con personalidad. Si las cosas van bien con ellos ¿por qué cambiar?", se pregunta.

ESTÉTICA ROMPEDORA

"No haré grandes cambios --afirma-- porque este teatro va bien o muy bien. Más que cosas nuevas, podré acentos sobre algunos aspectos como subrayar un poco más nuestro patrimonio lírico y prestar algo más de atención a la nueva creación".

La línea de programación del teatro seguirá alternando montajes tradicionales con otros de estética rompedora, como elDon Giovanni, de Mozart, en una atrevida versión de Calixto Bieito que se repone a partir de hoy. "La polémica que a veces se crea demuestra que la ópera está viva. Basta ver cómo reacciona el público. La de veces que aplaude a los cantantes y abuchea al director de escena o a la orquesta". Como otros antes que él, Marco aspira a mejorar la calidad de una formación que ha alcanzado un nivel de actividad "imposible de aumentar teniendo en cuenta nuestros recursos".

La idea de apostar por una sala de cámara para poder ampliar funciones y dar mayor cabida a la música contemporánea o barroca no le tienta demasiado. "Tengo dudas. No digo ni que sí, ni que no". Y añade: "Es verdad que el Foyer no es un espacio pensado para actividades musicales pero tiene su encanto. Además, una nueva sala requiere un crecimiento presupuestario que ahora no tenemos". Pero no descarta colaborar con otros teatros de la ciudad, "una idea magnífica" y más asequible. También apostará por las nuevas tecnologías. "El Liceu fue pionero en llevar la ópera al cine y seguirá haciéndolo para llegar a más público".

SIN MIEDO A LA CRISIS.

De momento, no le teme a la crisis. "La renovación de los abonos se ha hecho con normalidad", afirma. "El Liceu tiene un gran patrocinio privado. Espero que la situación económica no afecte ni al presupuesto de las administraciones y ni a la inversión privada".

Marco, enamorado de la música y de la danza, tampoco se pierde ningún estreno de teatro que valga la pena. "Procuro estar al día", explica este hombre que ha dedicado su vida a la gestión cultural. "Aunque provengo de una familia trabajadora, mis padres siempre se preocuparon por transmitirnos la importancia de la cultura", confiesa. Quizá por eso prestará especial interés a la programación deEl Petit Liceu.