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El Paral·lel recuerda sus años dorados

Dos exposiciones homenajean a La Bella Dorita y a las estrellas de sus teatros

paral obrir

paral obrir / C. C. ALBAREDA

Eduardo de Vicente

Eduardo de Vicente

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Aunque ahora muchos ni lo imaginen hubo un tiempo en el que el Paral·lel fue un centro artístico y de ocio envidiado en toda Europa, similar al Montmartre parisino o el West End londinense. A principios del siglo XX, era el epicentro de la noche barcelonesa gracias a sus teatros (Arnau, Olimpia, Talia o Còmic, ya desaparecidos; los reconvertidos como el Nou que se transformó en el cine Regio y los supervivientes Condal, Victòria, Apolo de incierto futuro o Gran Teatre Espanyol, ahora BARTS), sus cabarets (El Molino y los olvidados Bataclan o Pompeia), sus salas de baile (Apolo y El Tropezón) y sus incontables bares. Toda aquella época de esplendor no debe quedar en el olvido y, por ello, varias entidades y vecinos del barrio se han unido para organizar Recordant els any daurats del Paral·lel, una serie de actos conmemorativos que se iniciaron la semana pasada y durarán hasta finales de mes. En este artículo visitaremos las dos exposiciones que se han organizado y en el de mañana, los actos paralelos como charlas, proyecciones y conciertos.

Un 'collage' que recuerda algunos de los lugares que dieron esplendor al Paral·lel.

Un 'collage' que recuerda algunos de los lugares que dieron esplendor al Paral·lel. / C. C. ALBAREDA

La difícil vida de La Bella Dorita

El Centre Cultural Albareda acoge La Bella Dorita, un homenaje a esta popular cantante, bailarina y cabaretera que tuvo una intensa vida. Su auténtico nombre era María Yáñez García, una almeriense que emigró a Barcelona con su familia cuando tenía 12 años. Se casó muy joven y quedó embarazada en la noche de bodas pero se dio cuenta de que aquel hombre no era para ella y lo abandonó para luego divorciarse durante la República, era una mujer muy avanzada a su época. Aún tendría dos esposos más, un empleado de banca que falleció en un campo de concentración y un tercero, un empresario al que también sobrevivió.

Una imagen de La Bella Dorita, la reina del Paral·lel en los años 40 y 50.

Una imagen de La Bella Dorita, la reina del Paral·lel en los años 40 y 50. / C. C. ALBAREDA

Pero lo que la hizo famosa fue su carrera artística. Debutó en 1923 en el Molino (la plaza donde se ubica lleva ahora su nombre) y sería la reina de este local en los 40 y 50. Era una especialista en la insinuación, la picardía y las canciones con doble sentidos. Ella daba la idea y los compositores le escribían la música y arreglaban la letra. La pulga, Poco a poco, La vaselina o Fumando espero (sí, la que popularizó Sara Montiel) fueron creadas para ella. Trabajó con José Sazatornil y con Alady, grandes de la época, se retiró en los 60, harta de las presiones de la censura y fundó su propio negocio en el Tablao Flamenco Bodega del Toro situado donde se encuentra el actual Bagdad.

En su vejez, la antigua estrella continuaba lúcida y manteniendo el buen humor.

En su vejez, la antigua estrella continuaba lúcida y manteniendo el buen humor. / MARINA VILANOVA

El homenaje y la historia del Paral·lel

En 1990 fue objeto de un homenaje en el Palau Sant Jordi en el que participaron, entre otros, Serrat, Peret, Mary Santpere, Lita Claver o Tania Doris. Era una mujer sencilla pero muy clara en sus ideas como pudo verse en una entrevista que le hizo Mercedes Milá en 1983. Falleció en el 2001 con 100 años. Estos datos biográficos junto con fotos de diferentes épocas, cedidas por el MAE (Museu de les Arts Escèniques), ilustran la primera pared del centro para que conozcamos su historia y, en una pantalla, podemos ver vídeos de la charla con Milá, un reportaje de Barcelona Memory, un documental sobre el Paral·lel del CCCB o el Himne al Paral·lel del musical Flor de Nit, de Dagoll Dagom.

Precisamente esta compañía ocupa el siguiente rincón donde han cedido dos piezas de vestuario de esta obra teatral (una tipo charlestón y otra escotada), así como unas maletas y el cartel. A continuación, varios artículos nos recuerdan la historia de la avenida de 1920 al 2021. Especialmente paradójico es el caso del Gran Teatro Español, inaugurado en 1892, víctima de un incendio en 1907, reabierto en 1909 y reconvertido en la discoteca Studio 54 de 1980 a 1984. Luego fue el restaurante espectáculo Scenic (2001) y estuvo a punto de convertirse en un gigantesco prostíbulo, algo que evitó la presión de los vecinos, por lo que fue adquirido por el ayuntamiento, transformado en el Arteria en 2010 y, desde el 2013, es el BARTS.

En el vídeo se proyecta una entrevista junto al espacio dedicado al musicalvisi 'Flor de nit'.

En el vídeo se proyecta una entrevista junto al espacio dedicado al musical 'Flor de nit'. / FERRAN BAILE

Recreando su camerino y su escenario

Hay un apartado dedicado a una veintena de libros sobre este barrio, cedidos por la Biblioteca Francesc Boix con títulos tan curiosos como Historia del teatro frívolo español o firmados por grandes nombres como Lluís Permanyer (El Molino. Un siglo de historia) o Manuel Vázquez Montalbán (100 años de canción y music hall). En el espacio central han recreado su camerino con su imprescindible espejo con bombillas, una radio antigua, una máquina de coser, un gramófono, telas, vestidos, unos prismáticos o una fotografía enmarcada suya realizada para EL PERIÓDICO por Marina Vilanova.

Recreación que intenta imitar cómo podría haber sido el hipotético camerino de la artista.

Recreación que intenta imitar cómo podría haber sido el hipotético camerino de la artista. / FERRAN BAILE

Finalmente, han montado un pequeño escenario donde han reproducido una foto suya a tamaño natural (no nos sorprendamos por sus dimensiones, sí, era bajita). Es una especie de photocall nostálgico en el que nos podemos hacer una foto y llamar la atención de nuestros amigos más veteranos. Un homenaje a una mujer chiquita que fue, en realidad, una gran artista y una excelente persona.

Podemos acabar la visita posando junto a la vedette en un pequeño escenario.

Podemos acabar la visita posando junto a la vedette en un pequeño escenario. / C. C. ALBAREDA

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Les estrelles del ‘Paralelo’

Nos encaminamos ahora a la Biblio Musicineteca donde puede verse la muestra Les estrelles del ’Paralelo’ (así, en castellano, se conocía entonces), dedicada a las vedettes y cançonetistes de esta avenida a lo largo de los años. Nos recibe un maniquí de una cabaretera cedido por La Cubana y, justo enfrente, conocemos la trayectoria de Mercedes Allepuz, modista que diseñaba los vestidos de las artistas del Apolo, que era la cuñada del empresario Colsada. Podemos ver la histórica máquina de coser que utilizaba y algunos de sus enseres de trabajo.

Entrada a la exposición Les estrelles del "Paralelo".

Entrada a la exposición Les estrelles del "Paralelo". / FERRAN BAILE

La mayoría de la exposición consiste en una serie de imágenes de estas divas de los escenarios de diferentes épocas empezando por las tres últimas grandes del género: la cómica molinera Lita Claver, La Maña, Merche Mar y Tania Doris. Junto a ellas, hay una imagen de Vicenta Fernández Valle, el alma del Molino y quien se ocupaba de lidiar con las autoridades cuando se veía un trozo más de carne de lo permitido. Todas estas fotografías van acompañadas de breves textos para explicar quiénes fueron.

Lita Claver, La Maña, celebrando la reapertura del Molino donde fue una de sus estrellas.

Lita Claver, 'La Maña', celebrando la reapertura del Molino donde fue una de sus estrellas. / DANNY CAMINAL

Vedettes más recientes y las más insólitas

En la lista aparecen nombres más o menos recientes como los de Carmen del Lirio, la reina del striptease Christa Leem, Eva León, Amparo Moreno (una insólita vedette XXL), la brasileña Regina Dos Santos, la también torera Alicia Tomás (recientemente fallecida), Sílvia Marsó (que trabajó en el Arnau hasta que triunfó en el Un, dos, tres) o Yolanda Ramos (que antes de ser una nominada al Goya fue una de las últimas molineras y también una más de La Cubana).

Hasta Charles Chaplin cayó rendido a los pies de Raquel Meller.

Hasta Charles Chaplin cayó rendido a los pies de Raquel Meller. / BIBLIO MUSICINETECA

Pero también los hay históricos, menos conocidos o con historias muy particulares como Ivette Rene, familiar del chansoneur Maurice Chevalier; Bella Cholito, especializada en rumbas; las hermanas Conesa, Teresita y María, envueltas en un turbio crimen; Pilar Alonso, cupletista en catalán; la compositora Cándida Pérez (autora de Marieta de l’ull viu), o Derkas, un transformista (algo insólito en la época) heterosexual que imitaba a Raquel Meller. Precisamente, a esta última artista está dedicado un espacio en el que posa con Charles Chaplin (en el pie de foto lo llaman Carlos Chaplin) y, al lado, la otra grande, La Bella Dorita, representada con un artículo de Juan Soto Viñolo para el Dominical de EL PERIÓDICO.

Las dos vitrinas muestran programas de mano y portadas de discos.

Las dos vitrinas muestran programas de mano y portadas de discos. / FERRAN BAILE

Una ‘geganta’ muy especial y diferente

Finalmente podemos ver en unas vitrinas tanto los programas de mano de la época (uno de ellos da la bienvenida a los soldados de la Sexta Flota norteamericana y les invita a ver el espectáculo), así como portadas de los discos de Mary Santpere, Guillermina Motta o Núria Feliu. Antes de despedirnos vale la pena fijarse en la imagen de la geganta del Poble Sec. No está la original porque no cabría (mide 3, 25 metros) y su peculiaridad es que es la única que va vestida de vedette y que tiene piernas. Quienes deseen viajar aún más en el tiempo al Paral·lel dorado, las actividades paralelas se inician mañana, día en que les dedicaremos un nuevo reportaje.   

La geganta del Poble Sec (izquerda) va vestida de vedette y es la única que tiene piernas.

La geganta del Poble Sec (izquerda) va vestida de vedette y es la única que tiene piernas. / FERRAN BAILE