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Funkhaus, la belleza de las ondas

La RDA construyó la sala de grabación más grande y sofisticada del mundo como sede de su radio. Hoy acoge conciertos, grabaciones y exposiciones

Funkhaus, la belleza de las ondas

Funkhaus, la belleza de las ondas / periodico

Carles Planas Bou

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Entre chimeneas, humareda y bloques de hormigón desteñidos hay un edificio que destaca en las afueras de Berlín. Situada a la orilla oriental del río Spree, lo que podría parecer otra nave industrial abandonada esconde en sus entrañas la arteria musical de la capital alemana, también conocida como Funkhaus.

Construida en 1951 con piedras de la destruida cancillería del Reich, este colosal complejo arquitectónico fue la estación central de radio de la República Democrática Alemana (RDA), el bloque socialista, en un momento de tensión en que las ondas pasaron a ser el nuevo campo de batalla ideológico. Sinfonías, lecturas políticas y radionovelas fueron la munición disparada al otro lado del muro.

MADERA RUSA

Bajo la batuta del famoso arquitecto de la Bauhaus Franz Ehrlich, la casa de la radio se convirtió en la más grande y sofisticada sala de grabación del mundo, una pequeña ciudad con 300 habitantes que durante 40 años fue símbolo de la ambición de la Unión Soviética. La envergadura de su sala principal es casi el doble que la de la londinense Abbey Road, hogar de los Beattles.

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Tras la caída del Telón de Acero, los estudios de grabación siguieron activos y sus funcionales salas se han mantenido como escenario de películas, exposiciones y conciertos. ¿Qué artista no querría vivir en ese excepcional entorno? Su diseño interior, copado de madera rusa, butacas de diseño y cabinas de mezcla absolutamente aisladas, hace de la Funkhaus un envidioso reclamo para el ojo.

SEDE DE ARTISTAS

A pesar de su trascendencia histórica, la Funkhaus solo abre a las visitas guiadas dos sábados al mes y para grupos reducidos que deben reservar con antelación, una limitación que se debe al uso que artistas de todo el mundo hacen de estas exquisitas instalaciones. Sin ir más lejos, la sala 3 es donde trabaja elreconocido compositor alemán de música experimental y neoclásica Nils Frahm. La acústica de ese majestuoso estudio explica la burbuja espacio-temporal que es 'All melody', su último álbum.

En los últimos años, la Funkhaus ha sido sede de proyectos artísticos de renombre. En agosto del 2016, por ejemplo, un grupo de hasta 80 amigos decidió reunirse en este emblemático edificio para ensayar juntos y realizar un concierto inédito. Entre esos colegas estaban Justin Vernon (Bon Iver), Aaron y Bryce Dessner (The National), Yoann Lemoine (Woodkid), Damien Rice y el propio Frahm, además del director Vincent Moon, padre del canal de youtube La Blogothèque.

Por muchos años que hayan pasado, este vestigio de la Guerra Fría sigue siendo el escenario donde se escribe la historia musical de Berlín.