SESIÓN

Sesión de hipnosis con Lena Willikens

La afamada 'dj' y productora alemana visita Razzmatazz para una sesión de cuatro horas junto a Vladimir Ivkovic

Lena Willikens

Lena Willikens / periodico

Juan Manuel Freire

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Lena Willikens no entiende una sesión como una mera sucesión de subidones, sino como un clima, un humor, un estado de ánimo. "Muchos estados de ánimo", corrige ella a través del correo electrónico. "Trato de reflejar cómo cada nueva información que recibimos en la vida tiene un impacto sobre nosotros. No me interesa hacerle la vida más fácil a nadie ni me interesa el escapismo en un club. Cuando salgo a bailar, siempre prefiero los 'sets' que me desafían de algún modo".

Y cuando pincha, hace, por tanto, los 'sets' que le gustaría disfrutar. A partir del sonido de crudas cajas de ritmo y atmósferas fangosas, crea ambientes tan atractivos como inquietantes e inasibles. Esperar algún 'hit' evidente es tontería. Shazam lo pasa mal con ella: pincha muchos cortes raros de amigos, y los menos raros, los puede retocar previamente o pinchar (a propósito) a la velocidad incorrecta.

A sus sesiones se puede ir a bailar, pero también a bailar solo mentalmente. Por eso no es tan raro que su próximo asalto a Barcelona empiece a las 20.30 horas. Será el sábado, día 16, en la sala 3 de Razzmatazz, en una entrega de Intimate Journeys que le verá compartir cabina durante cuatro horas con su amigo Vladimir Ivkovic, que, como ella, es uno de los más veteranos residentes del Salon Des Amateurs de Düsseldorf.  

Una larga progresión

Fue en este club-galería-espacio para eventos donde, alrededor del 2006, la estudiante de arte Willikens empezó a pinchar discos regularmente, a la vez que trabajaba en la barra. Fue por diversión más que por vocación: "En realidad, vocación nunca tuve ninguna", admite. "Quizá porque nunca he pensado en el futuro. Todo ese concepto de madurar y convertirse en una persona adulta era demasiado abstracto para mí. ¡Y todavía lo es!".

Sin embargo, a pesar de -o quizá gracias a- su desinterés en cuadrar ritmos, Willikens fue reclamada en otros espacios. "Después de empezar a recibir peticiones para pinchar en diversos sitios, me lo empecé a tomar más y más en serio. Pero fue todo una larga progresión durante al menos cuatro años".

Ahora, nuestra entrevistada es una 'dj' y productora de culto que permanece fiel a su estilo (techno, coldwave, psicodelia electrónica, puestos a cocer en un caldero mágico) contra viento y marea. En el Sónar de Día del 2017 se marcó una sesión de lo más nocturna. "Es que el escenario de Sónar era brutal. La gente apenas tenía sombra, se estaba quemando al sol, y yo traté de oscurecer un poco el cielo. En general, prefiero los sótanos oscuros".

Para saber qué clase de clima creará Willikens el sábado, nada mejor que una escucha del recopilatorio seleccionado por ella, 'Selectors 005', aparecido el pasado abril. La saga del sello Dekmantel suele servir a los 'dj' para alardear de rarezas de su colección de discos, pero Lena prefirió, de nuevo, apoyar obra nueva de sus amigos. Por suerte, como tiene créditos, no hace falta usar Shazam... en vano.