Tendencia regresiva
Tragos chapados a la antigua: el bebercio retro pide paso en Barcelona
Viejóvenes: restaurantes nuevos de Barcelona que apuestan por lo antiguo
Òscar Broc
No son pocos los nuevos restaurantes que hacen una apuesta decidida por lo viejo. Y aunque no son tan numerosos, en el apartado del bebercio barcelonés se pueden encontrar bares y coctelerías de nuevo cuño que también apuestan por lingotazos chapados a la antigua. El máximo exponente de esta tendencia regresiva se encuentra en la bulliciosa calle Joaquín Costa, en pleno Raval. Se llama Olimpic Bareto (Joaquín Costa, 25) y es un invento rompedor, porque de rompedor no tiene nada. Es un bareto, sí, es una coctelería, también, pero ante todo es una carta de amor a los cubatas y copazos que se empujaban nuestros padres y abuelos.
Ahí entra la creatividad de unos bartenders que han entendido que, en pleno auge del cóctel de autor con efectos especiales, lo más punk es reivindicar el vaso de tubo y la música de autos de choque. El Marianito Preparado o el Pomada Collins son humildes clásicos de una carta en la que también hay brebajes de fiesta mayor, y unas chips gruesas con cosas que huelen a pecado capital.
A cinco minutos del Olimpic, se encuentra el Muy Buenas (Carme, 63), legendaria trinchera modernista recuperada por el Grup Confiteria. Es como un pedazo de la Barcelona de finales del XIX conservado en ámbar. Detrás de la barra de mármol, una pieza que debería ser declarada bien cultural de interés nacional, se cuecen cócteles con licores catalanes de toda la vida. Modernidad y tradición en tu copa; el veneno de la yaya en el formato favorito de tu sobrino. Dos consejos: no te pierdas su bodega de vinos catalanes y no dudes en probar su cocina: se come de fábula.
Si buscas algo más sofisticado, en el hotel Barcelona Edition, en el Born, palpita Punch Room (av. de Francesc Cambó, 14), una coctelería semi-escondida que te golpea con un interiorismo exquisito, una burbuja de madera, cuero y terciopelo en la que se preparan los mejores ponches de Barcelona. Sí, los ponches que se bebían nuestros abuelos en los guateques, debidamente actualizados y convertidos en objeto de deseo. Si vas en grupo o en pareja y os apetece el mismo ponche, el maná llega en una ponchera de la que podréis serviros, un caramelito para Instagram.
Por cierto, hablando de bebidas con bagaje histórico, en la magnífica hamburguesería Festín (Portal Nou, 19), no muy lejos de Punch Room, podrás ponerte hasta las trancas de un combinado tocho: Fernet con cola, también conocido como Fernandito. Si los argentinos consideran este cubata patrimonio intangible de su país, será por algo.
- Manolo García: “De estas elecciones me ha gustado que, de cada dos catalanes, uno no ha ido a votar”
- Entrevista con Fabio Capello, 30 años después del 4-0 del Milan al 'Dream Team' de Cruyff: 'No hubo final
- Estos mutualistas se quedan sin recuperar su dinero de la renta
- Marc Janeras: 'Los gestores de Rodalies han conseguido vaciar el tren; están desmantelando el uso de la R3
- Los bancos tendrán que ofrecer a sus clientes morosos renegociar la deuda antes de llevarles al juzgado
- Tres turistas catalanes mueren en un tiroteo en Afganistán
- La palabra catalana de tres letras para despedirse que debería usarse en toda España
- Esto es lo que más mira Hacienda este año de tu declaración de la renta