Toma pan y moja

‘Brioche’ o victoria

Este pan ha colonizado todos los restaurantes canallitas, bocaterías 'premium', hamburgueserías gurmet y otros bastiones 'cool'

BRIOCHE

BRIOCHE

Òscar Broc

Òscar Broc

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Soy feliz. Mi nutricionista me envía emojis de calaveras e insultos gravísimos por Whatsapp. Le bloqueo. Soy asquerosamente feliz, insisto, y ni siquiera él podrá arruinarlo. Es muy fácil: desde que el pan de brioche se ha convertido en la estrella de esa cosa llamada street food, vivo en una nube de mantequilla de la que no quiero bajar. 

Qué tiempos aquellos, cuando los burgers llegaban en un panecillo gris o pan de molde de gasolinera. El brioche ha colonizado las hamburgueserías gurmet y no se ha quedado ahí, pues también se ha impuesto en todos los restaurantes canallitas, bruncherías, bocaterías premium y otros bastiones cool. Bikinis, rolls de bogavante, bocadillos de calamares, todos con brioche. No existe otro tipo de pan. Puedes correr, pero no esconderte de él… Un segundo, ¿realmente hay alguien que quiera esconderse de tan morrocotudo invento?

Panaderías tentadoras

La revolución del brioche trasciende la hostelería. Desde hace unos años puedes llevarte la ambrosía a casa. Y hay panaderías que son demasiado tentadoras. Cada vez que paso por delante de Pa de Kilo, tengo que morder un palo y pellizcarme agresivamente para no entrar a por sus buns para burger o su pan de molde «abriochado». Siento mis células gritando «¡brioche!» enloquecidas. Y creo que me gusta. 

Porque el brioche da, nunca quita. Uno de mis bocadillos favoritos, el Kimchi Philly de Fat Schmucks, no sería lo mismo sin ese pan de brioche tostado que intenta contener un alud de ternera, kimchi y queso planchado. El gastrónomo patrio enfurecido se tirará de los pelos: que si moda hípster, que si el pan gallego es más auténtico, bla, bla, bla. Yo, en cambio, le doy gracias a Dieu, porque el pan de brioche ha venido para quedarse… en nuestro tejido adiposo. 

Suscríbete para seguir leyendo