paellas 'top'

Bivio, vete directo al grano

Este restaurante que ocupa el lugar del histórico Puda Can Manel sirve unos arroces de órdago en la Barceloneta. Turistas y locales lo flipan

Bivio

Bivio / periodico

Ferran Imedio

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Puda Can Manel cerró y, con su adiós, se perdió una parte de la historia gastronómica y sentimental de la Barceloneta. Era el restaurante más antiguo del paseo Joan de Borbó, un referente casi desde su apertura, en 1870. Hay que secarse las lágrimas porque su relevo, Bivio, ofrece una carta de cocina mediterránea clásica con unos arroces que hacen llorar, sí, pero de emoción, y casi hacen olvidar las paellas del viejo negocio.

Al frente de los fogones anda José Manuel Castro, chef que estuvo en la primera etapa de Arola en el Hotel Arts, allá por los años 90; que trabajó cuatro años en Jaleo, el restaurante de José Andrés en Washington, y ha pasado por la 'brasserie' Flo, entre otros establecimientos, antes de aterrizar en el número 60 de esta avenida del barrio marinero.

Horas y horas haciendo ‘fumet’

Experiencia sobrada, pues, para proponer unos canelones de bogavante y 'ceps' en los que no escatima carne del crustáceo y darle el toque exacto de brasa en un excelente 'tataki' de atún. En el menú de mediodía laborable (cuesta 16,50 euros, con postre y bebida incluidos), puedes encontrar incluso un pan 'bao' de gambas con salsa tártara y salsa 'thai'.

Hay manos y ganas de currárselo en la cocina. Y por eso les salen tan bien los arroces, estrellas indiscutibles de una carta con platos de pasta fresca elaborada por ellos, igual que los postres, pescados a la brasa y -demasiadas- hambuguesas. Se entiende el éxito de las paellas: se están horas y horas y horas haciendo el fumet (dicen que tardan siete días). Así que apunta para que puedas ir directamente al grano: podrás elegir entre arroz de verduras, de pulpitos y navajas con 'allioli', negro, del senyoret y caldoso de bogavante. 

Bivio, además, tiene marcha porque en su terraza celebra cada domingo por la tarde el 'Alucina vecina', una cita donde, por 4,50 €, te sirven un Aperol 'spritz' mientras suena la música que pincha un 'dj'. Y en los bajos ha montado un club subterráneo donde tomar copas y escuchar música.