MUSEO IMAGINARIO

En la Sala Beckett, como en casa

El escritor y director teatral (y a ratos actor) se siente tan a gusto en este teatro que acude allí para hacer de todo: dar clases de escritura, asistir como espectador e incluso estrenar obras propias

En la Sala Beckett, como en casa

En la Sala Beckett, como en casa / periodico

Ferran Imedio

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Ha costado lo suyo dedicar buena parte de este artículo a explicar por qué el escritor y director teatral Marc Rosich elige la Sala Beckett (Pere IV, 228-232) para el museo imaginario: siempre hay que decir en qué anda metido el entrevistado, pero su agenda es imposible, llena de obras en cartel escritas y dirigidas por él: 'Ocaña', 'Königin der Ramblas', su homenaje a Ocaña y a la Barcelona canalla de los 70, se repone en Berlín hasta enero; el 19 de diciembre llegará al Tantarantana 'Qué fue de Andrés Villarosa', otro homenaje a la Barcelona no oficial que recuerda la época de 'La Bodega Bohemia' (hasta el 30); hace un cameo por vídeo en 'Alba (o el jardí de les delícies)', en el TNC hasta el 23; el 17 de enero estrenará en Atrium 'Actes de solidaritat amb el patriarcat', que se ríe de los clichés machistas; el 23 de enero, La Farinera repondrá su adaptación de 'Woyzeck', clásico de Georg Büchner; está escribiendo un musical con Clara Peya que levantará el telón de la Flyhard en primavera... Ah, y es profesor del Institut del Teatre, de Eòlia y de la Beckett. Enganchado como está a su trabajo, Rosich elige esta última sala.

«Allí aprendí a escribir teatro y allí lo enseño ahora. Es como mi casa», confiesa. El polifacético autor, que también estrenó en este espacio dos de sus piezas, 'Party line' y la comedia inmobiliaria 'N&N', valora su programación: «Dicen que es la casa del dramaturgo porque acoge obras de autores catalanes contemporáneos. Por allí han pasado todos: Pau Miró, Josep Maria Miró, Llátzer Garcia, Victòria Szpunberg, Marilia Samper...».

Y no solo por eso. Le fascina el edificio en sí mismo, la antigua cooperativa Pau i Justícia. «La reforma arquitectónica fue fabulosa, de hecho ha ganado premios. Y la cafetería es de lo mejorcito que puedes encontrar en el Poblenou por lo que sirven y por su ambiente. Tiene mucha magia». Con la agenda que tiene, parece mentira que le dé tiempo a disfrutarlo.