Conde del asalto

Los anillos de plástico que lucen Rosalía, Bella Hadid y Miley Cyrus son de Barcelona

Adriana Manso diseña joyas Plástico de Ley que lo mismo llaman la atención de Dua Lipa que de Gaultier. Esta es la historia de la abuela con la que empezó todo

Hypermetrophy and Queen of hearts

Hypermetrophy and Queen of hearts / Instagram

Miqui Otero

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Esta historia podría empezar en la Ópera de Bruselas y acabar en un 'after' en el Gòtic. Y saltar de un garito de la plaza Reial a la Semana de la Moda de París. De una escena de época de Ivory & Merchant a un capítulo de 'Autodefensa'. Y ambientarse en los Hamptons y en un bar chino. Antes necesitaríamos un título. Podría ser 'Las señoras de los anillos'. O 'Las reinas del plástico'. O 'La nieta de la marquesa arruinada'. O 'Saoko, yaya, saoko'.

Y quizás la frase promocional de este alucinante relato, sobre dos mujeres barcelonesas separadas por 60 años pero en realidad especulares y paralelas, sería algo así como: «Hay algo mejor que heredar las joyas de tu abuela: que te enseñe a hacerlas»

La nieta es Adriana Manso, que diseña unos anillos Plástico de Ley que han llamado la atención tanto de Dua Lipa y Rosalía como de Bella Hadid y Jean Paul Gaultier. «Espera, te busco una foto de mi abuela. Déjame mirar en nuestros whatsapps, porque le escribo mucho, cuando me pasa algo bueno o malo», dice Adriana Manso. La abuela falleció hace ya tiempo. 

La señora se llamaba María Rosa Cerveró. Nació el año que estalló la Guerra Civil, pero parece un personaje de un pasado o de un futuro remoto. Hablaba alemán y ruso, daba clases de jazz, viajaba por Latinoamérica. Protagonizó el primer divorcio de la ciudad, quizás del país. Se dejaba ver con un 'look' entre flapper, de hippy burguesa o de aristócrata en segunda residencia. Después de separarse del marido, se vendió las joyas, pero eso no tiene importancia si te gustan aún más de plástico. 

Cuando la nieta tenía unos 12 años, este personaje de novela recibía a sus tres nietas. Decidió que una de ellas era la guapa. Otra, la inteligente. A Adriana la bendijo como la estilosa. Como ni la nena ni su cabeza podrían estar quietas, en lugar de endilgarle tochos rusos, la animó a hacer algo con las manos. Colgaba en la pared un tapiz lleno de pendientes (un detalle, el cierre era siempre de pinza porque esta mujer futurista no tenía agujero en el lóbulo) y cada semana le pedía que replicara uno. La nieta gastaba suela por las calles del Call (llenas de artesanos y joyeros, donde ahora tiene su tienda) para comprar cuentas y adornos. Consiguió encarrilar una inquietud y, lo más importante, demostrarle que el talento es versátil: se derrama en varias disciplinas. «Los abuelos son los ángeles de los nietos», cantaba Joe Crepúsculo. «Solo es viejo quien hace cosas de viejo», escribió también Montaigne.

‘My ex’s funeral’ de Shakira

Adriana estudió iluminación en la Ópera de Bruselas y acabó ejerciendo en el Liceu (la abuela le explicaba bien cada obra en la que le tocaba trabajar). Y, también, programando bolos en el Ocaña (la abuela la ayudaba a hacer las escaletas de cada 'show'). Pero la abuela de esta historia murió. Y la cronología demuestra que a raíz de esa pérdida, y de la depresión posterior, se descubrió manejando plástico y tramando ideas de márketing locas. Centrándose en La Manso, la marca de anillos que, de repente, se hizo famosa cuando Miley Cyrus se puso unos 20 tapándose los pechos en un videoclip. Cuatro años largos desde que ya no está aquí la abuela. Tres años cortos desde que existe La Manso

En los vídeos que sube a redes mete anillos en licuadoras, los atropella con un coche, le ofrece uno a Shakira llamado 'My ex’s funeral'. Da igual, porque puede hacer más. Y luego mandarle un sticker, un meme o un mensaje donde ponga «gracias» por WhatsApp a su abuela.

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