Espíritu positivo

Nil Moliner: "Quienes más reniegan del reguetón, seguro que cuando salen de fiesta lo acaban bailando"

El cantante y compositor de Sant Feliu de Llobregat actúa este sábado en el Palau Sant Jordi tras lanzar una reedición ampliada de su tercer álbum, ‘Lugar paraíso’, en el que desarrolla su pop fiestero con influencias latinas y africanas

El artista catalán Nil Moliner, esta semana en Barcelona

El artista catalán Nil Moliner, esta semana en Barcelona / Jordi Otix

Jordi Bianciotto

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Para Nil Moliner, el directo es la clave de todo. “Yo me dedico a la música por el momento del concierto y todo lo que lo envuelve”, asegura el cantante y compositor de Sant Feliu de Llobregat ante la perspectiva de su nuevo asalto, este sábado, al Palau Sant Jordi, escenario que ya lo acogió hace dos años. Ese es el ‘lugar paraíso’ al que alude su nuevo álbum, un trabajo que “se escribió durante la última gira, en hoteles, aviones y furgonetas”.

Canciones como ‘Soldadito de hierro’, ‘Mi religión’ o ‘Libertad’, con sus bastantes millones de reproducciones cada una, asfaltaron entre 2018 y 2021 el camino a Nil Moliner hacia ese estatus actual de ídolo pop (dejando atrás su etapa en el grupo CyBee). Un perfil trufado de mensajes efervescentes, como resume la primera pista de ‘Lugar paraíso’, en la voz de Andreu Buenafuente, que desliza mandamientos tales como “vivir y sentir sin filtro alguno, sin barreras, sin nada que nos detenga”. Todo tiene cierto aire a celebración colectiva: el disco, lanzado el pasado octubre, se ha reeditado ahora con el título de ‘Lugar paraíso (y el tuyo)’, e incluye, además de un nuevo tema, ‘Ara’, las pistas instrumentales de todas las canciones, con la vista puesta en el karaoke. “Veo interesante dar esta opción, por si estás, por ejemplo, en el coche con tus amigos y te apetece cantar esa canción”.

Debilidad por la percusión

Su pop de tonadas diáfanas, propenso al baile y al quiebro latino, acentúa en este disco el ascendiente ‘afro’ en temas como ‘Good day’, donde se marca un dueto con un cantante de Ghana, Camidoh, al que fue a buscar con la ayuda de su hermana, residente en ese país africano. “Él es muy conocido allí. Por la calle casi no podíamos andar, todo el mundo lo paraba”, revela. Las tramas rítmicas son su debilidad. “No me considero instrumentista, pero si soy algo, sería batería. El mundo de la percusión siempre ha sido mi vida”. 

La conexión afrolatina respira en otros temas, como ‘Meneíto’, cita con el colombiano Yera. Él actuó en el país suramericano en 2022 y le impresionó el contacto con el público. “Gente que lloraba de emoción, feliz y desfasada. Daba incluso un poco de miedo toda aquella energía, aunque fuera en positivo”. El reguetón y la música latina urbana están en su bagaje desde que tiene recuerdos. “Canciones como ‘La gasolina’, de Daddy Yankee, o las de Calle 13 marcaron a una generación”, advierte Nil Moliner, de 31 años, que se siente ajeno a los anticuerpos que estos géneros despiertan en franjas superiores de edad. “Quienes más reniegan del reguetón, seguro que cuando salen de fiesta, en el pueblo o en el barrio, acaban bailándolo”. 

Dueto con Lluís Gavaldà

Pero Moliner, que siempre se ha confesado fan de El Canto del Loco, no rompe amarras con el pop más clásico y guitarrero: ‘Quan no siguis a prop’ está “influido directamente por Els Pets” (de su primera época, cabría añadir, observando esos metales fiesteros) y el tema ofrece un dueto con Lluís Gavaldà. “Cuando me dijo que sí, le mandé una foto mía de cuando tenía 12 años, con una camiseta de su disco ‘Agost’ firmada por él”.

La mayoría de las canciones del álbum han tenido su momento como ‘singles’, el formato que, estima Moliner, garantiza la atención en estos tiempos de ‘streaming’. “Hoy en día, la gente escucha las dos primeras canciones de un disco y no da a cada tema el espacio que tú le has dado al trabajarlo en el estudio”, observa. “Si vas sacando un ‘single’ cada mes, cada uno es una píldora que la gente abraza”. Grabaciones realizadas en el estudio barcelonés Medusa, de Manu Guix y Roger Rodés, un lugar que describe como “un templo, un palacio”, y donde “puedes cruzarte con Nathy Peluso o Rosalía”. 

Siempre ha tenido claro que su “plan A, B, C, D y E” era la música, y tiene su método muy pautado. “Monto reuniones conmigo mismo: ‘mañana a las seis de la tarde’. Me hablo en voz alta, lo escribo todo y luego lo consulto con mi equipo”. De cara al Sant Jordi, dice haber tomado nota de “diversas propuestas internacionales, desde la Superbowl a los shows de Taylor Swift, Rihanna o Bruno Mars” Resumiendo: “el show más grande que he hecho en mi vida”.