Entrevista

Figa Flawas consagra 'La calçotada' como la gran verbena diurna: "Antes de las críticas por la lengua ya pasábamos las letras por el Softcatalà"

El dúo de Valls presenta este sábado en La Mirona su segundo disco, 'La calçotada', preciso batiburrillo de ritmos para el despiporre. Un álbum que sopla a favor de la ola de la nueva escena en catalán

'La banda del pati': el porqué del auge de la música urbana en catalán (¿y de la lengua?)

Xavier Cartanyà y Pep Velasco, el dúo musical Figa Flawas, posan para EL PERIÓDICO

Xavier Cartanyà y Pep Velasco, el dúo musical Figa Flawas, posan para EL PERIÓDICO / Ferran Nadeu

Ignasi Fortuny

Ignasi Fortuny

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'La calçotada' (Halley Records) es un título indiscutible para lo que representa Figa Flawas y su nuevo disco, su segundo tras 'Joves tendres' (2022). No solo porque son un dúo alegre -a las voces Pep Velasco (1997) y a la producción Xavier Cartanyà (1998)- de Valls, kilómetro cero de esta fiesta gastronómica de digestión turbulenta, como habrán recordado ya seguro a estas alturas de la temporada, sino que han presentado un álbum espejo a esas largas jornadas de mantel a cuadros con tarros de romesco y algún que otro porrón de atrezo imprescindible, manchurrones en la camisa, colegas y familiares juguetones y, claro, con banda sonora aliñando conversaciones y sobremesas sin medias tintas.

Pues a pensar y crear esas canciones han jugado Figa Flawas en un álbum que es un batiburrillo de muchos ritmos ejecutados con destacable precisión: de la salsa -ejem, en una canción titulada así, 'La salsa', en un guiño facilón al romesco- hasta la rumba o la bachata. "Era una buena manera de invitar a la gente a entrar a nuestro universo musical, y lo hemos desarrollado con un relato a partir de una fiesta que nos toca de cerca", expone Velasco. "Hay momentos de alegría, felicidad, de compartir... Pero en una jornada larga de 'calçotada' también hay momentos para la discusión, por ejemplo", sigue Cartanyà. "Entendemos nuestra música como algo que le puede gustar a mucha gente que, a lo mejor, al principio nos ve con prejuicios", añade el productor.

'La calçotada' es un disco largo, de 20 temas, que quiere ser un reflejo de esas jornadas sin hora de cierre. "Pensábamos que, ahora que ya tenemos la atención de la gente, lo podíamos hacer. Podíamos permitirnos este clima de álbum más experimental", describe Velasco, que destaca la "investigación", de ser "esponja de gente que sabe más", que han hecho para poder afinar los ritmos que no tenían en sus libretos.

En 'La calçotada', álbum que presentan este sábado en La Mirona de Salt (dentro del Festival Strenes), hay guiños a referentes pasados, con 'samples' de Lluís Llach y Raimon, este último con parte de 'Al vent' en 'Es ven', tema que reflexiona sobre la industria musical en el que Velasco, animal camaleónico, rapea: "lluitant pels teus somnis mentre t'estampaves; no has cuidat prou la gent que tant t'estimaves; deixes la ciutat, perds els teus amics; i ara busques la veritat enmig dе l'oblit". "Me ha interesado conocer la 'nova cançó'... Jaume Sisa, Pau Riba. De Pau Riba creo que conecta mucho con lo que está pasando hoy en día lo que él decía que quería destrozar la cultura catalana", sentencia sonriente Velasco, cantante capacitado para la teatralidad, como muestra en sus canciones -"cada tema es como un personaje, cambio de máscara"-. De escenas anteriores a la suya, colabora en 'Xalalà' el ilustre Lluís Gavaldà, que les puede servir de enlace a otras generaciones más allá de la suya. ¿Han notado recelo con representantes de escenas catalanas anteriores? "No es generalizado, pero por algún lado sí y, por otro, cariño y abrazos", responde Velasco.

Figa Flawas, ganadores del concurso Sona9 en 2022, son parte de esta ola de jóvenes bandas y artistas catalanes -algunos de ellos bajo el colectivo no oficial 'la banda del pati'- que están conquistando a un público que parecía decantarse por música no necesariamente en catalán. "El crecimiento de uno ha ayudado al otro y a hacer crecer una escena", resume Cartanyà. "El fenómeno de 'la banda del pati' es imprescindible porque abre público y prensa", añade Velasco.

Según ellos, también ha servido para olvidar algunos prejuicios, como el de la lengua, o el debate estilístico: se puede hacer reguetón en catalán, sí. Todo ello les ha valido críticas por cómo utilizan la lengua, aunque, al mismo tiempo, entidades como Ómnium se agarren a ellos para acercarse al público joven. "Simplemente, reflejamos la manera que utilizamos la lengua a nivel oral", dice Velasco. "Hacemos música desde la cotidianidad, no desde el academicismo", suma Cartanyà. ¿Les afecta a la hora de trabajar? "Antes de las críticas ya pasábamos las letras por el Softcatalà [corrector ortográfico en línea]. Éramos consciente de que una palabra era un barbarismo, pero forma parte de la cotidianidad", zanja el vocalista.