Crítica

El Cirque du Soleil logra con 'Alegría' el más difícil todavía: superar al original

Esta nueva producción que acaba de aterrizar en la Gran Carpa en L'Hospitalet no tiene nada que envidiar al espectáculo original del que conserva el espíritu y algunos elementos, como la gran tormenta de nieve

El Cirque du Soleil vuelve a Barcelona con su clásico 'Alegría'

El Cirque du Soleil vuelve a Barcelona con su clásico 'Alegría' / MANU MITRU

Marta Cervera

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En 1998, hace un cuarto de siglo, el Cirque du Soleil sorprendía al público catalán en su debut en España con 'Alegría', un 'show' que cambió la visión del circo. Este miércoles el estreno en España 'Alegría: In a new light', un espectáculo de Jean-Guy Legault inspirado en aquel fantástico montaje que marcó época y estuvo 20 años en gira, ha sorprendido a los espectadores congregados bajo la Gran Carpa en L'Hospitalet, donde recalará hasta el 19 de mayo.

Superar el recuerdo del 'Alegría' original creado por el director Franco Dragone y Giles Saint Croix, cofundador del Cirque du Soleil, era enfrentarse al reto de superar un gran show que muchos guardan en la memoria. Un más difícil todavía que ha superado con éxito con esta propuesta impregnado de la esencia de montaje original pero diferente. Este nuevo 'Alegría' del siglo XXI no tiene nada que envidiar al espectáculo que le ha servido de inspiración del que se rescataron algunos elementos clave como esa espectacular tormenta de nieve.

El virtuosismo de los artistas, la música en directo, la impecable puesta en escena con algunos guiños al 'Alegría' original como el vestuario de los personajes de esa estrafalaria corte donde un bufón toma el poder nada más empezar el espectáculo. Lo que ocurre a partir de entonces, una historia marcada por la amistad entre dos payasos que conquistaron al público -los españoles Pablo Gomis y Pablo Bermejo en un 'show' con mucho humor- que enlaza números muy diferentes, de gran calidad ejecutados con virtuosismo.

Algunos números combinaban belleza y dificultad, como el de rueda Cyr protagonizado por Ghilain Ramage, otros sensualidad, fuerza y compenetración máxima como el bellísimo ejercicio de telas aéreas con Yulia Makeeva y Alexey Turchenko potenciado por una balada interpretada en directo, un must de los espectáculos del Cirque du Soleil o la elegancia del dúo de trapecio sincronizado ofrecido por el alemán Nicolai Kuntz y la suiza Roxane Semiankiv.

'Alegría' atrapa al espectador desde el primer minuto y lo transporta a un mundo sorprendente con increíbles números individuales y también colectivos. En la primera parte del 'show' arranca con fuerza con un complejo ejercicio de barras acrobáticas y en la segunda hay un festín de 'powertrack' donde los artistas animados por rítmicas percusiones se impulsan en un festival de saltos, piruetas y saltos mortales aprovechando hasta el último milímetro para clavar su ejercicio.

'Todo es posible'

Muchos se asustaron al empezar el impresionante número de cuchillos de fuego con el fornido Jacktail Laban de Samoa haciendo girar vertiginosamente y lanzando a gran altura barras que ardían por ambas extremidades. Cuando depositó uno de sus aparatos ardientes en los pies o se acercó el fuego a la boca cual faquir, más de uno alucinó. "¿Está loco?", se preguntaba una joven espectadora. Su ejercicio hizo honor al lema 'Todo es posible' impreso en uno de los artículos de merchandising del espectáculo.

Pero esa frase podría aplicarse también a otros sorprendentes números como el aéreo final de trapecio volador a cargo de una magnífica 'troupe' de figuras de Venezuela, Brasil, Chile, EEUU e Inglaterra o al increíble reina del Hula Hoop, la artista china Yan "Joann" Zhuang, y a la impresionante demostración de contorsionismo fuerza y equilibrio sobre manos de Oyun-Erdene Senge, de Mongolia. Tras 25 años de su debut en Barcelona, el Cirque du Soleil ha vuelto a sorprender.