Estreno en L'Hospitalet

Bermejo & Gomis, los clowns españoles que triunfan en el Cirque du Soleil con 'Alegría: In a new light'

El Cirque du Soleil acaba de regresar a Barcelona con un espectáculo enlazado por el humor y la ternura de una fantástica pareja de clows españoles, Pablo Bermejo y Pablo Gomis, a quienes acompaña la acordeonista gallega Sara Formoso

Cirque du Soleil planta su carpa en L'Hospitalet

El Cirque du Soleil vuelve con una nueva versión de 'Alegría', su icónico espectáculo

El Cirque du Soleil vuelve a Barcelona con su clásico 'Alegría'

El Cirque du Soleil vuelve a Barcelona con su clásico 'Alegría' / MANU MITRU

Marta Cervera

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El magnífico trabajo de dos clowns españoles destaca en el espectáculo del Cirque du Soleil 'Alegría: In a new light', una nueva visión de ese mítico espectáculo que catapultó a la compañía de circo canadiense. Pablo Bermejo, el más alto de los dos, y su compañero Pablo Gomis idearon unos números llenos de ingenio. Ambos conocen bien el Cirque du Soleil, Gomis lleva 10 años con ellos y Bermejo, ocho. Y ya han participado en tres espectáculos de esta multinacional circense, pero en esta versión del siglo XXI de 'Alegría' juegan un rol clave.

Su trabajo es entrelazar diferentes momentos del 'show', y tocan la fibra especialmente en una escena en la que Gomis está solo en el escenario junto a la acordeonista gallega Sara Formoso, otro as español de este nutrido equipo de artistas internacionales que brillan bajo la Gran Carpa instalada en L'Hospitalet, donde este miércoles el espectáculo ha iniciado su gira europea tras su paso por Londres.

"Nuestro número es una mezcla. Responde a los diferentes momentos y emociones que el director quería reflejar", explica Gomis. Todo empezó por un momento crucial: la soledad del payaso que interpreta Gomis en medio de una monumental tormenta de nieve, un número que conecta con un momento muy especial del 'show' original de 'Alegría'. "Todo lo hemos trabajado a través de improvisaciones y partiendo del vestuario que nos propusieron", comenta. "Las ideas salieron a base de probar diferentes cosas a partir de conceptos que nos daban para cada número", añade Bermejo, su compañero.

La incorporación de la acordeonista gallega se produjo "solo dos semanas antes del estreno del espectáculo en 2019 en Montreal", recuerda Formoso. Más allá de sumarse al conjunto que interpreta la música, ella se ha convertido en imprescindible en algunos números de los payasos. "Al principio el acordeón no iba a estar tan presente, pero he acabado acompañando a los payasos casi todo el tiempo", recuerda.

Humor y ternura

A diferencia de otros espectáculos de la compañía en este los payasos tienen un enorme protagonismo. "Contamos con unas siete entradas, algo que nos permite desarrollar toda una historia. Hay una evolución en nuestra relación que va jugando con el humor", señala Gomis. También con la ternura.

Gomis y Bermejo tienen un don especial para llegar al público, tanto para hacerle reír como para tocar la fibra. No necesitan palabras para ello, les basta su gestualidad, su enorme conexión y la empatía que crean con los espectadores. Especialmente con la persona a la que convencen para subir a escena y formar parte de un número que cada noche es diferente. "Durante el espectáculo vamos escaneando al púbico para ver quien nos puede dar buenas vibraciones para jugar, alguien en una franja de normalidad que no esté ni demasiado excitado ni aburrido. Alguien que no quiera ser gracioso pero que no vaya a estar sufriendo por estar en escena".

Que un voluntario o voluntaria les descoloque forma parte del juego. Ellos son capaces de salir de cualquier atolladero. Tienen experiencia de sobra, una antena especial y los reflejos listos para solventar cualquier sorpresa. "A veces esa parte nos hace trabajar triple, pero por lo general la gente se deja llevar". La espontaneidad de los espectadores aporta frescura. Cada día puede ocurrir algo diferente, un riesgo que les pone.

"En el Circo del Sol los artistas estamos entre algodones, nos tratan muy bien y podemos focalizarnos en nuestro trabajo creativo"

"Ahora disfrutamos con el espectáculo, pero durante su creación estábamos muy nerviosos porque no sabíamos si la segunda parte de 'Alegría' superaría el original, que era muy bueno. Se trataba de utilizar la energía de aquel espectáculo para hacer algo distinto y nuevo. Nuestros números no tienen nada que ver con lo que se hizo en el primero", dice Bermejo. "La responsabilidad era importante porque teníamos que rellenar unos zapatones muy grandes. 'Alegría' contó con un gran payaso Slava Polunin", apunta su pareja escénica. "Por suerte ha salido bien".

De Murcia al mundo

No paran de recoger elogios allí donde van. Se conocen desde hace más de 20 años, de cuando ambos estudiaban en la Escuela de Teatro de Murcia. Los dos han trabajado en diferentes ámbitos, no solo en circo, también en teatro y en la calle. "Trabajar juntos en el Circo del Sol nos ha permitido desarrollar nuestro lenguaje, lo hemos podido pulir mucho más. Ahora, solo con mirarnos ya nos entendemos", declara Bermejo.

Su aportación al 'show' va mucho más allá del gag. Logran seducir al público con la historia de amistad entre ambos.

Los dos declaran estar encantados de actuar en España pero no se imaginan regresando en breve para hacer carrera en su país. "En el Circo del Sol los artistas estamos entre algodones, nos tratan muy bien y podemos focalizarnos en nuestro trabajo creativo". Disfrutan del momento. Comparan el Cirque du Soleil con la factoría Disney. Sienten que están en el top. "Aquí no solo te cuidan y te pagan bien, te dan libertad creativa y herramientas para desarrollarla".

Vivir del circo no es fácil en España. "Aquí la situación de los artistas es más precaria, ojalá las cosas cambien en el futuro y podamos vivir y trabajar aquí. Es una pena porque hay muchísimo arte y gente valiosa", dice Bermejo. "En España se vive muy bien, pero para trabajar y ganarte la vida ya no tanto", añade su compañero.

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