Accidente en la montaña

Laia Bonals: "No era consciente de que cuando escribes un libro gran parte de él también habla de ti"

La periodista de deportes de EL PERIÓDICO publica su primer libro, '4 abraçades i 1 tros de paper', la historia del rescate extremo de Anna Comellas en la cueva de Esjamundo

Lee el primer capítulo de '4 abraçades i 1 tros de paper': el relato de un rescate extremo

Laia Bonals, redactora de EL PERIÓDICO, con su libro '4 abraçades i 1 tros de paper' en el lugar donde escribió el libro, el hotel rural Paratgea

Laia Bonals, redactora de EL PERIÓDICO, con su libro '4 abraçades i 1 tros de paper' en el lugar donde escribió el libro, el hotel rural Paratgea / Bárbara Favant

Alba Giraldo

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La vida de Anna Comellas Vilanova cambió para siempre el 15 de mayo de 2022, cuando sufrió un grave accidente dentro de la cueva de Esjamundo, en el Pirineo aragonés, tras caer al fondo de un pozo. La enfermera de Barcelona estaba haciendo unas prácticas con otros compañeros y profesores del máster de rescates de montaña que estaba cursando. Salió de la cueva con vida -"Nadie entiende cómo sobrevivió, al nivel médico no tiene ningún tipo de sentido", explica Laia Bonals, periodista de deportes de EL PERIÓDICO-, pero su lucha solo acababa de empezar. Tras la recuperación física -la reconstrucción de la cara, la rotura del brazo y la fractura del coxis, principalmente- llegó la batalla con su mente. Esta es la historia de superación que relata Bonals en su primer libro, '4 abraçades i 1 tros de paper' de Símbol editors.

Dar voz a las situaciones extremas que han marcado la vida de otras personas no es fácil. Laia conoció el accidente de Anna casi por casualidad y decidió hacer un reportaje periodístico del extremo rescate en el diario 'Ara', medio en el que trabajaba en ese momento. La primera vez que se citó con ella ni siquiera encendió la grabadora, solo quería escuchar su historia. Había pasado solo un mes desde el accidente y la joven enfermera todavía estaba en estado de shock. Desde ese primer encuentro hasta que se publicó el artículo pasaron unos seis meses de entrevistas, cafés y reuniones con otras personas que también estaban dentro de la cueva con ella. Después, con el libro, llegaron los encuentros con su entorno y las personas que habían estado al lado de la protagonista durante el proceso. "Anna, su familia y la gente que estaba en la cueva han sido muy generosos", asegura Bonals.

Una historia real

Con la oportunidad de escribir su historia también llegaron los miedos. "A mí me daba mucho respeto entrar tanto en el interior de Anna y a Anna le da mucho respeto que yo tuviera que indagar tanto", explica la periodista. Durante los meses de trabajo, la autora tuvo acceso a la intimidad de Anna e, incluso, pudo leer el diario que escribía durante su proceso de recuperación. Algunos de esos fragmentos ahora también forman parte de la historia escrita. "Acordamos desde el principio que contaríamos todo, no nos quedaríamos solo en el accidente", comenta la autora. "Ninguna de las dos ha sido consciente durante el proceso de que esto lo iba a leer gente, por suerte. Entonces lo hemos hecho desde la verdad", confiesa.

Laia Bonals, redactora de EL PERIÓDICO, con su libro '4 abraçades i 1 tros de paper'

Laia Bonals, redactora de EL PERIÓDICO, con su libro '4 abraçades i 1 tros de paper' en el lugar donde escribió el libro, el hotel rural Paratgea / Bárbara Favant

El libro relata el complicado rescate de Anna en una situación extrema y la posterior recuperación física y, sobre todo, mental. "El cerebro te enseña lo que te permite afrontar. Hasta que Ana no se recuperó físicamente y su cuerpo vio que ya no tenía peligro, es cuando fue poco a poco desbloqueando los miedos, los traumas y las imágenes", relata Bonals. "Tú te ves un brazo roto y sabes cuándo se curará, pero tú no sabes cuándo te vas a curar de un estrés postraumático", apunta.

También apareció la culpa: de que tu entorno tenga que estar siempre pendiente de ti, de ser una montaña rusa de emociones y cambiar de opinión constantemente, y de hoy querer que tus padres te hagan caso y mañana que te dejen sola. Todo ese dolor hizo que la protagonista de la historia cayera en un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). "Era una forma de escapar de lo que tenía en la cabeza e intentar sobrellevar una situación que le venía enorme. No nos preparan para gestionar duelos ni situaciones límite", valora la autora.

Historia de superación

La vida de Anna se paró en seco con el accidente y tuvo que a aprender a vivir de otra manera. Ella trabajaba como enfermera de urgencias en el turno de noche. Durante su recuperación, se dio cuenta de que tenía que cambiar muchas cosas de su día a día. "El accidente es un punto clave porque se da cuenta de que la vida no va de esto", explica Bonals. "Todo el mundo sabe que la vida es más que el trabajo, ir apurado con el horario o tenerlo todo cuadrado en la agenda, pero muy poca gente tiene el valor de cambiarlo", reflexiona la periodista. "Eres lo que haces con las cosas que te pasan. Y Anna con ese accidente cambió su vida", expone.

Laia Bonals, redactora de EL PERIÓDICO, con su libro '4 abraçades i 1 tros de paper'

Laia Bonals, redactora de EL PERIÓDICO, con su libro '4 abraçades i 1 tros de paper' en el lugar donde escribió el libro, el hotel rural Paratgea / Bárbara Favant

A pesar de que sea la historia de Anna, también hay mucho de Laia en el libro. "No era consciente de que, cuando escribes un libro, gran parte de él también habla de ti", asegura la periodista. "Cuando cuentas un duelo, cuando explicas una ruptura, cuando hablas de la tristeza, cuando hablas de un TCA... son cosas que si tú no has vivido es muy difícil poderlo explicar", expresa. "En la primera parte del libro, el rescate en la cueva, el foco es Ana, pero para poder explicar la segunda parte tuve que poner de mí. Me ha dado vértigo pensar que la gente lo va a leer". Esa verdad es la que hace que la gente se pueda sentir identificada con la historia.

Gestión emocional

A lo largo de esta historia, la periodista ha aprendido que "la vida es mucho más que lo que tenemos en el día a día" y que, cuando miras con perspectiva los problemas diarios, no son tan grandes. "Lo normal es que si a una persona le pasa lo que le pasó a Anna [caer en un pozo de 6 metros], se muera. Ver que una persona es capaz de gestionar esto, empodera a todo el mundo", explica Bonals, que también reconoce que ser vulnerable con tus seres queridos "es una cosa muy bonita".

Además de sufrir en algunos momentos el "síndrome de la impostora", Laia se enfrentó a las dificultades de escribir un libro por primera vez. Tuvo que encontrar la voz narrativa, estructurar la historia e intentar entender y explicar cómo es una cueva, los pozos y cómo se gestionó el rescate. "Desde que me encargan el libro hasta que lo empiezo, pasan seis meses que no escribo nada. Estaba bloqueada", desvela. "Necesité irme a Paratgea -la casa donde acabó escribiendo gran parte de la historia, en Llinars del Vallès- y no tener ni un solo estímulo de mi vida aquí, del bullicio de la prensa". Tras el proceso de escritura, para Bonals lo más importante es haber podido ayudar y acompañar a Anna en su recuperación. "Me enorgullece mucho ver cómo ha crecido. Es una persona que no conocía y ahora es mi amiga", asegura.

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