Crítica de 'Blue Giant': el sonido del éxtasis

Los discos de John Coltrane ‘Blue Train’ y ‘Giant Steps’ son dos de los mejores de la historia del jazz y, como su título deja claro, también son fuente de inspiración del nuevo anime de Yuzuru Tachikaya, un cautivador relato de pasión, ambición y sacrificio que asimismo invoca el espíritu de otros ‘jazzmen’ como Sonny Rollins, Ornette Coleman, Charlie Parker y Bill Evans.

Adaptación del manga homónimo de Shin’ichi Ishizuka, ‘Blue Giant’ recorre el escarpado camino hacia el éxito de un trío cuyos componentes representan tres actitudes distintas a la hora de interpretar: el saxofonista de la banda es todo fiereza y visceralidad, el pianista basa su talento en la precisión técnica y el percusionista derrocha la alegría propia de los principiantes.

Una serie de ‘flashbacks’ nos explica cómo estos músicos vuelcan sus experiencias vitales en su arte pero, por lo demás, su periplo no se ve interrumpido por subtramas ni por más distracciones narrativas que un discutible desvío melodramático. En cualquier caso, la gran baza de la película está en una sucesión de secuencias musicales que, Ilustradas con las apabullantes composiciones de la pianista Hiromi Uehara, transmiten el poder extático de una actuación en directo a través de imagineria propia del cine fantástico o de una experiencia lisérgica, y que por momentos la acercan a la abstracción. Probablemente sea lo más cerca que la animación ha estado nunca de capturar la esencia y la mística del jazz.