Crítica de concierto

Una gran ‘Novena’ con acento español en el Palau

La programadora privada en BCN Clàssics llena el Palau barcelonés con obras de Montsalvatge y la ‘Sinfonía Coral’ de Beethoven

La Orquesta ADDA Simfònica Alicante de la Diputación en el Palau de la Música

La Orquesta ADDA Simfònica Alicante de la Diputación en el Palau de la Música / A. Bofill

Pablo Meléndez-Haddad

Pablo Meléndez-Haddad

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Es de agradecer que una de las temporadas de música clásica organizadas por un promotor privado como es BCN Classics apueste también por repertorio e intérpretes locales y no mire solo a artistas y conjuntos de gira por Europa con obras de grandes maestros internacionales. Un buen ejemplo de esta apuesta con acento español fue el concierto del miércoles en el Palau, con el debut local de la Orquesta ADDA Simfònica Alicante de la Diputación de esa provincia valenciana dirigida por su fundador y director artístico, Josep Vicent, junto a un póker de ases en el apartado solista y al siempre aclamado Orfeón Donostiarra.

En el programa –un concierto en homenaje a Victoria de los Ángeles en el centenario de su nacimiento– compartieron protagonismo Xavier Montsalvatge y Ludwig van Beethoven, alcanzándose un triunfo rutilante, con los artistas aclamados por un Palau lleno hasta la bandera.

La velada arrancó con el 'Cant espiritual de Joan Maragall per a cor i orquestra' de Montsalvatge, que se ofreció en una versión suficientemente contrastada y con un conjunto no tan equilibrado en cuanto a sonoridad respecto de la acústica del Palau, seca y metálica ante conjuntos de estas proporciones. Josep Vicent mostró cierta tendencia a pasarse en decibelios en demasiadas ocasiones, restando poderío a los clímax de la obra del compositor catalán, pero, en todo caso, nunca llegó a fagocitar las voces. El coro vasco, con un catalán impecable y voces muy bien empastadas –tras las actuaciones en Alicante, Madrid y Zaragoza– llegó a la divina “faç immensa” en gran forma.

En la segunda parte Beethoven iluminó nuevamente el auditorio modernista con su ‘Novena Sinfonía en Re menor, op. 125, Coral’, que Vicent llevó con madurez y buen oficio, bien ensayada. Tras un evidente y detallista trabajo previo, en el podio su gesto se mostró casi coreografiado, con mucho de íntimo. El desempeño general de los músicos de la orquesta –con muchos jóvenes en los atriles– resultó ampliamente convincente; en el 'Molto vivace' no se apreciaron mayores problemas, salvo las imprecisiones de la trompa y algún ataque la cuerda grave ligeramente desplazado.

El hermoso 'Adagio' llegó servido espléndidamente fraseado, con un final de fiesta que ralentizó frases del último movimiento agotando a los solistas, pero con un resultado brillante. Las italianas Erika Grimaldi y Teresa Iervolino unieron su arte a los españoles Airam Hernández y José Antonio López, componiendo el citado póker de ases, siendo ovacionados.