Un templo musical

Sidecar se traspasa y el nuevo inquilino se compromete a mantener la música en directo

Roberto Tierz (Sidecar): "El turismo ha alejado a los barceloneses de la plaza Reial más que la heroína"

Presentación de los actos para celebrar el 40 aniversario de la sala Sidecar de la Plaza Real de Barcelona

Presentación de los actos para celebrar el 40 aniversario de la sala Sidecar de la Plaza Real de Barcelona / JORDI OTIX

Jordi Bianciotto

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La sala Sidecar, escenario inquieto del pop y el rock bajo radar (y no solo) desde el año 1982, se prepara para un cambio: Roberto Tierz, uno de sus fundadores, al pie del cañón durante cuatro décadas, pasa a desvincularse del club, lo cual no significa que el local deje de existir ni que abandone su primer activo, la música en directo. Así lo subraya él mismo. “Los nuevos responsables de la sala se han comprometido a que los conciertos se mantengan, así como la plantilla íntegra”.

La explicación es sencilla: Tierz cumplió este noviembre 65 años y se jubila. Sus dos hijos orientan sus pasos hacia otros rumbos profesionales, y a él le apetece poder dedicar su tiempo a otras ocupaciones. “Yo ya marcho porque creo que lo que tenía que hacer ya está hecho. Llevo 41 años en esto y ahora quiero dedicarme a hacer cosas que no había hecho en este tiempo, como escribir y hacer canciones”, explica Tierz, que este año, con motivo del 40º aniversario de la sala, contó su historia en ‘Este no es el libro de Sidecar’, y que de muy joven fue guitarrista de bandas como Los Rebeldes. 

La plantilla sigue

La dirección de Tierz concluirá el próximo 31 de enero. ¿Y luego? La sala pasará a ser gestionada por los responsables del club Sauvage, del paseo del Born, con quienes la propiedad ha llegado a un acuerdo de traspaso. ¿Miedo a que Sidecar acabe convirtiéndose en un bar de copas de la ruta ‘guiri’ de la Rambla y cercanías? “La plantilla sigue, y como se configuró para hacer conciertos, esto ya es una garantía”, remarca Roberto Tierz, inquilino durante todos estos años mediante un alquiler de renta baja. Hablamos de un equipo de 18 empleados, más otros siete subcontratados. Entre ellos, Fátima Mellado, la responsable de la programación de conciertos desde hace 15 años. 

Los nuevos responsables, añade Tierz, “han asumido este compromiso al entender lo que la sala es y representa”. Hay otros factores que favorecen el mantenimiento de la música en vivo: los patrocinadores, como Damm, que se desinteresarían si Sidecar pasara a ser un bar de copas, y las ayudas públicas, vinculadas a la programación de conciertos. 

¿Cambio de nombre?

La última actuación prevista bajo la dirección de Tierz es la de Eva Sola, el 26 de enero. En la web de Sidecar se observa a continuación un vacío hasta el 5 de abril, cuando se reemprende la actividad con el concierto de Puño Dragón, a los que siguen los de Alberto & García (6) y Alain Johannes (18), que ya serán asumidos por los nuevos responsables. Esto es porque habrá obras y una modificación del interiorismo del club, labores que se prevé duren unos dos meses. “Le darán la vuelta a la decoración, tanto arriba como abajo”, avisa Tierz. 

¿Seguirá Sidecar llamándose Sidecar? Eso es ahora una incógnita. Corresponderá a la nueva dirección decidir si el nombre es un activo portador de pedigrí y nobleza, o si limita sus intenciones. Lo que es seguro es que, a final de enero, Sidecar dejará atrás una etapa, una era en realidad, en la que ese escenario ha ejercido un papel histórico clave en el contexto de la degradación (en los años 80) y posterior ‘turistificación’ de la plaza Reial. Habrá fiesta de despedida, anuncia Roberto Tierz. Una noche de concierto, o quizá sean tres, con artistas por precisar. Tiempo de emociones mezcladas para el veterano timonel de la sala. “Siento una especie de nostalgia prematura. Aún no he marchado, pero ya lo echo de menos”.

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