Indios de Barcelona

Les Rencards: orgasmos de punk yeyé

El cuarteto barcelonés lleva dos años incendiando escenarios de media Europa con su enérgico rock and roll francófono y la impactante presencia de su 'chanteuse' Merli Marlowe

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Les Rencards en acción: Gabriel Camargo, Merli Marlowe, Ian Kay y Marc Argenter.

Les Rencards en acción: Gabriel Camargo, Merli Marlowe, Ian Kay y Marc Argenter. / Sergi Vela

Rafael Tapounet

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El día que el guitarrista barcelonés Marc Argenter y el bajista brasileño Gabriel Camargo Nogueira se citaron en un local de ensayo con la directora y guionista leridana Merli Marlowe para inaugurar la carrera del grupo Les Rencards, las cosas no fueron exactamente como esperaban. “En principio, la idea era hacer una cosa como de yeyé francés –explica Argenter-, pero en aquel primer ensayo Merli ya empezó a tirarse por el suelo y a fingir orgasmos, como si estuviera poseída. Y Gabriel y yo nos miramos y pensamos: ‘Esto puede funcionar’”. “Yo nunca había cantado como solista en un grupo –apunta Marlowe-, pero, al encontrarme delante de un micrófono, me salió ese salvajismo. Y ellos, en lugar de mirarme raro o burlarse, encajaron su manera de tocar y me dieron mucha confianza”.

En ese primer ensayo quedó ya definido el truco de magia con el que Les Rencards han sorprendido en los últimos dos años al público de media Europa: “La gente espera a Françoise Hardy y se encuentra con los Stooges”, dicen. “A veces –añade la altísima cantante- parece que para hacer garaje o punk tengas que tener una determinada imagen o comportarte fuera del escenario como no sé qué. Y no. Todos tenemos esa parte visceral, sea cual sea nuestro aspecto”. No andaba, pues, desencaminado ese crítico que después de un concierto de la banda escribió que Marlowe era algo así como un Iggy Pop con vestidos de Mary Quant.   

Citas románticas en francés

‘Rencard’ es la palabra francesa que se emplea para aludir a una cita romántica, aunque las canciones del grupo hacen pensar más en camas deshechas que en paseos por el parque. Por otra parte, que una banda de Barcelona se presente ante el mundo con un nombre y unas letras en la lengua de Jacques Dutronc puede parecer un exotismo caprichoso, pero Merli, que ha vivido muchos años en Bélgica, asegura que lo de escribir en francés le sale “de forma natural”. Además, el batería del grupo es Ian Kay, un lionés de origen armenio (su verdadero apellido es Kapoudjian) que, al margen de Les Rencards, lidera un muy recomendable proyecto en solitario de power pop sesentero (cantado en inglés, eso sí).

Les Rencards.

Les Rencards. / Ran-el Cabrera

Les Rencards se presentaron por primera vez ante el público en plena pandemia en las Jornades Musicals de l’Ermita de la Pietat de Ulldecona, lejos, por tanto, del confort que les hubiera brindado una actuación en una pequeña sala frente a los habituales de la parroquia ‘sixties’ barcelonesa. Así pudieron constatar que su propuesta poseía el fuste necesario para llamar la atención más allá de su adscripción a una determinada escena.  “No somos lo que se lleva ahora en los Grammy latinos, pero tampoco creo que seamos un grupo de nicho –sostiene Argenter-. Al fin y al cabo, lo que hacemos es rock’n’roll”.

Gainsbourg en el garaje

Por precisar un poco más, la apuesta musical de Les Rencards tira hacia el garaje-punk de impronta ‘sixties’ (Argenter y Camargo tienen a sus espaldas un extenso currículum en bandas de rhythm and blues, freakbeat, merseybeat y punk-rock), aunque sobre el escenario son capaces de mezclar a Them con Beck, a los Stooges con Roxy Music y a los 13the Floor Elevators con Serge Gainsbourg. La muy pimpante lectura que hacen del ‘Qui est in, qui est out’ de este último es una de las tres únicas versiones que el grupo incluyó en su elepé de debut, producido por una leyenda del underground neoyorquino como Mike Mariconda y publicado por el sello lisboeta Groovie Records.

Con ese disco bajo el brazo, Les Rencards han podido pasear su poderoso directo por una decena de ciudades de Alemania, Francia y Portugal y han recorrido media España. En sus conciertos, además de la energía de las canciones, destaca el desempeño escénico de Marlowe, con unas coreografías que harían sonrojar a Brigitte Bardot (“en Sevilla, unos mods muy rancios se marcharon ofendidos porque Merli se tocaba el cuerpo”, explica Camargo entre risas), y una propuesta estética muy trabajada, desde la ropa que visten los músicos (“hay que respetar la paleta de colores”, dice la cantante con sorna) hasta la simetría de los elementos que hay dispuestos sobre el escenario.

“Musicalmente, el rock and roll da para lo que da, pero intentamos cuidar mucho la parte visual porque para nosotros es un elemento muy importante”, señala el bajista. “A ver, nosotros estamos allí arriba para hacer un ‘show’ y con la pretensión de que nos paguen –agrega Argenter, que trabaja como diseñador gráfico-. Por tanto, tenemos que ofrecer alguna cosa que no te den las personas que están abajo. La gente puede venir a vernos en chándal o como sea, pero nosotros nos lo tenemos que currar un poco más”.

Desde luego, a las maltrechas rodillas de Merli Marlowe nadie les podrá decir que la ‘chanteuse’ de Les Rencards no se lo curra. “Viens prendre avec moi / le risque de ta vie”.