Marvel se mete en otro lío con 'The Marvels'

Puede que la 33ª película del Universo Cinematográfico de Marvel no sea la peor de todas -también puede que sí-, aunque sin duda es la más caótica, en buena medida porque necesita hacer demasiadas cosas en su relativamente escueto metraje: tiene que ejercer de continuación tanto de ‘Capitana Marvel’ (2019) como de las series ‘Bruja Escarlata y Visión’ y ‘Ms. Marvel’, encajar en el engranaje del UCM y, claro, ser un relato autónomo funcional. Y el trabajo la sobrepasa.

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Se estrena envuelta de rumores según los que su producción estuvo envuelta de problemas y que, visto lo visto, resultan creíbles. Quedan en evidencia en su peripecia argumental, confusa y llena de boquetes -sobre el papel, sus tres heroínas protagonistas se ven obligadas a trabajar en equipo para derrotar a una villana de saldo que hace algo con agujeros de gusano, o algo-, en los comportamientos inconsistentes, en esos ‘macguffins’ que son introducidos y repentinamente olvidados, en su incapacidad para armonizar sus momentos payasos con sus ínfulas épicas, en la tosca imaginería digital que la vehicula y en ese ritmo frenético a causa del que tanto los personajes como sus relaciones son meros esbozos y las escenas de acción son incomprensibles.

Y todo eso convierte ‘The Marvels’ en otra adición inútil más al universo de Marvel -y van...-, y en otra prueba más de la incapacidad de la saga para abrirse camino sin recurrir a sus personajes más icónicos.